José Luis Cinalli - Casi salvados, pero eternamente perdidos - 19/11/2023 #1274
Episode 296, Nov 19, 2023, 09:18 PM
19/11/2023
Casi salvados, pero eternamente perdidos
Casi salvados, pero eternamente perdidos
“Por poco me persuades a ser cristiano”, Hechos 26:28.
Al confrontar a las personas con el mensaje del evangelio las respuestas que obtenemos son poco menos que sorprendentes. Algunos lo consideran un tesoro; otros, una basura. Nunca olvidaremos el encuentro con un pescador en Puerto Almanza, el paraje más austral del planeta. Visitamos su casa para hablarle de Jesús y obsequiarle los libros La mejor inversión de tu vida y Cuentos que no son cuentos. Tan agradecido se sentía que nos regaló el único salmón rosado que recién había pescado. Su reacción fue muy diferente a la de una mujer a pocas casas de allí que nos sacó a los gritos y escobazos. Algunos dicen que tienen su propia religión; otros, argumentan diciendo que son buenas personas. En realidad todas estas respuestas son excusas para no ser molestados con las demandas del evangelio. El libro de los Hechos refleja una gama muy amplia de reacciones obtenidas por distintos actores, al ser confrontados por el evangelio. Esas reacciones son las mismas que hoy en día vemos a nuestro alrededor, lo cual demuestra que el hombre sigue siendo el mismo. Vivirá en medio de casas más grandes, tendrá más oportunidades de trabajo y gozará de mayores comodidades pero sigue siendo el mismo vil pecador de entonces. Su alma está torcida, el corazón está lleno de suciedades y el pecado lo gobierna. Sin embargo, el evangelio no ha pasado de moda, sigue siendo el remedio infalible y la única esperanza para esta humanidad en crisis.
Veamos algunos ejemplos bíblicos. Comencemos con el procónsul Galión. Por ese entonces Pablo predicaba en la ciudad de Corinto y “los judíos se levantaron de común acuerdo… y le llevaron al tribunal, diciendo: “Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley”, Hechos 18:12-13. Advierte la expresión “puestos de acuerdo”. Uno puede ponerse de acuerdo con otras personas para hacer el bien o hacer el mal. Los cuatro amigos mencionados en Lucas 5 acordaron bendecir a su amigo enfermo llevándolo a Jesús. En cambio, los judíos se pusieron de acuerdo para matar a Esteban: “arremetieron a una contra él”, Hechos 7:57. Y, ¿qué decir de los fariseos, saduceos y herodianos? Aunque eran enemigos “todos ellos se pusieron de acuerdo para ponerle una trampa a Jesús… y matarlo”, Mateo 26:4 (TLA). Dios espera que estemos de acuerdo siguiendo el ejemplo apostólico quienes “perseveraban unánimes en oración y ruego” (Hechos 1:14; 4:24) en congregarse (Hechos 2:46) y en predicar a Cristo: “Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran esfuerzo…”, Hechos 4:33 (SRV). La unidad entre los creyentes es la herramienta más efectiva para la evangelización. Jesús enseñó que cuando nos pusiéramos de acuerdo, el mundo creería en Él: “… Que se mantengan unidos entre ellos… Así la gente de este mundo creerá que tú me enviaste”, Juan 17:21 (TLA). Volvamos al ejemplo de Pablo. Al no tolerar su predicación, lo llevaron ante el gobernador acusándolo de persuadir a la gente a honrar a Dios. La defensa del apóstol consistió en testificar de Cristo a lo que el procónsul Galión le dijo: “Este es un asunto de palabras… y de la ley de ustedes, así que arréglenlo ustedes. Yo, en estas cuestiones, no me meto”, Hechos 18:15 (TLA). En otras palabras “si se trata de Dios y de su evangelio, ¡no me interesa!”, y le cerró la puerta en la cara. Resulta familiar, ¿verdad?
Veamos ahora al la respuesta del procónsul Felix, quién también tuvo la oportunidad de escuchar a Pablo. Un tal Tertuleo lo acusaba diciendo: “Hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos… y cabecilla de la secta de los nazarenos”, Hechos 24:5. ¿Cómo se defendió Pablo? Como siempre lo hizo: ¡predicando a Cristo! Él dijo: “Una cosa sí es cierta: Yo estoy al servicio de Dios… y soy cristiano. Ellos dicen que seguir a Jesús es malo, pero yo… estoy obedeciendo todo lo que está escrito en la Biblia… así que no tengo nada de qué preocuparme”, Hechos 24:14-16 (TLA). Observa la reacción del procónsul: “Félix… lo oyó hablar acerca de la fe en Cristo… y… atemorizado dijo: “Vete… cuando tenga tiempo te mandaré llamar”, Hechos 24:24-25 (NBLH). En otras palabras: “en otra oportunidad, más adelante; ahora no, venga otro día”. El infierno está lleno de personas que descuidaron su alma priorizando lo material por encima de lo espiritual. Ellos dijeron “después, en otra oportunidad” y ese después nunca llegó y esa oportunidad nunca llegará. Por otra parte, no te desanimes porque no te rechazan a ti sino a Dios.
Tiempo después Pablo compareció ante Porcio Festo. Muchos judíos acusaban a Pablo de delitos que no podían probar. Pablo se defendió compartiendo su propio testimonio de conversión. Mientras exponía, Festo lo detuvo y le dijo: “Pablo, estás loco. ¡Tanto estudio te ha llevado a la locura! Pero Pablo respondió: —No estoy loco…”, Hechos 26:24 (NTV). “Estás loco”. ¿No te suena familiar? A qué persona fiel y obediente a Dios no le han dicho alguna vez que era un fanático o es había vuelto loco. Pero que tu gozo no se extinga por causa de semejante acusación. Al contrario: “… Alégrense cuando los insulten por ser cristianos, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes”, 1ª Pedro 4:14 (NTV). “Dios bendice a los que, por ser fieles a él, sufren injustamente y soportan el sufrimiento”, 1ª Pedro 2:19 (TLA). “Si hacen el bien, y aún así tienen que sufrir, Dios los bendecirá. No le tengan miedo a nadie, ni se asusten”, 1ª Pedro 3:14 (TLA). El que también escuchaba a Pablo en esa oportunidad era el rey Agripa. Él dijo: “Por poco me persuades a ser cristiano”, Hechos 26:28. El rey estuvo a punto de creer en Cristo y ‘casi’ se convirtió en cristiano. Pero el que ‘casi’ cree, no cree. Y el que no cree en Jesús y, por ende no le obedece, se pierde para siempre. Y, ¿qué le respondió Pablo al rey? “¡Quiera Dios que, por poco o por mucho, no solo tú, sino todos los que me escuchan hoy, llegaran a ser lo que soy yo…!”, Hechos 26:29 (BDA2010).
Existen otros ejemplos bíblicos de personas que ‘casi’ se salvaron. La esposa de Lot por ejemplo. Estuvo a punto de salvarse de la destrucción pero “miró atrás… y se volvió estatua de sal”, Génesis 19:26. La orden divina había sido muy clara: “¡Si quieren salvarse, corran! No miren hacia atrás…”, Génesis 19:17 (TLA). La mujer de Lot miró atrás porque añoraba Sodoma. En Sodoma no había nada bueno, pero ella se sentía en casa. Probablemente sus amigas mundanas la habían arrastrado lejos de Dios: “Las malas compañías corrompen el buen carácter”, 1ª Corintios 15:33 (NTV). La Biblia también dice: “No te juntes con gente malvada ni sigas su mal ejemplo”, Proverbios 4:14 (TLA). No cometamos el error de aquella mujer. No añoremos lo que el mundo nos ofrece. No deseemos volver al lodo de donde Cristo nos sacó. Nada es mejor que vivir en la ciudad celestial sirviendo al Rey de Reyes. Otro que ‘casi’ se salvó fue el joven rico. Aunque al principio mostró cierto atisbo de interés en lo espiritual terminó condenado para siempre: “—Maestro bueno, ¿qué debería hacer para heredar la vida eterna?”, Lucas 18:18 (NTV). El hombre deseaba ser salvo, pero no se salvó porque en lugar de obedecer a Jesús escogió el materialismo. No estuvo dispuesto a colocar a Dios por encima de las cosas materiales y se perdió para siempre. Nuestro ejemplo a imitar es Moisés quien “por fe… consideró que era mejor sufrir por causa de Cristo que poseer los tesoros de Egipto, pues tenía la mirada puesta en la gran recompensa que recibiría”, Hebreos 11:24-26 (NTV). ¿Y qué decir de las vírgenes de la parábola narrada por Jesús? Estuvieron a punto de entrar al cielo pero se quedaron afuera para siempre. ¿Recuerdas la historia? Las mujeres no eran enemigas del novio, ni siquiera desconocidas. Formaban parte de su círculo íntimo. Eran las ‘damas de honor’. Muchos de los que quedarán excluidos de las Bodas del Cordero no serán incrédulos y paganos sino los que en esta vida profesaron ser cristianos, pero no perseveraron hasta el final. Qué imagen tan tétrica. Íntimos de Jesús suplicando a los gritos frente a las puertas del cielo: “¡Señor! ¡Señor!... ¡Ábrenos la puerta!”, Mateo 25:11 (NVI). Y, ¿qué les responderá el novio? “No sé quiénes son ustedes. No las conozco”, Mateo 25:12 (TLA). ¡Qué cuadro tan espantoso de personas casi salvadas, pero eternamente perdidas!
Reflexionemos. ¿Cuál será nuestra respuesta ante las demandas del evangelio? ¿Somos ‘casi’ creyentes? ¿Estamos ‘casi’ convertidos? ¿Obedecemos ‘casi’ todo lo que Dios nos pidió? Para los ‘casi’ rendidos a Cristo no existe bendición ni salvación. Si somos ‘casi’ creyentes y estamos ‘casi’ obedeciendo, entonces estamos ‘casi’ salvados y el que ‘casi’ se salva, no se salva. El infierno está repleto de ‘casi’ salvos, medios creyentes, medios creidos. Repleto de personas que estaban convencidas de que la Biblia tenía razón y de que Jesús era el hijo de Dios. Pero nunca se decidieron por Él. Es hora de tomar una decisión. Postergar el asunto podría ser fatal. No te quedes con ser ‘casi convertido’. No le digas a Dios “mañana”. Hoy es el día aceptable. “Efectivamente, el momento preciso es ahora. Hoy es el día de salvación”, 2ª Corintios 6:2 (NTV).