La resurrección de los muertos
Episode 56, Aug 26, 2019, 12:25 AM
José Luis Cinalli
25/8/2019
La resurrección de los muertos
“Dios resucitará nuestro cuerpo… resucitará tanto a los justos como a los injustos”,
1ª Corintios 6:14 (PDT) y Hechos 24:15 (NTV).
Todos los muertos resucitarán un día, ¡pero no todos lo harán al mismo tiempo! Primero resucitarán los creyentes, ¡aunque no al mismo tiempo! Pablo dijo que la “Resurrección tiene un orden: Cristo fue resucitado como el primero... luego todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese…”, 1ª Corintios 15:23 (NTV). He aquí las distintas fases de la resurrección de los justos:
1) Jesucristo. “Cristo… fue el primero en resucitar…”, Colosenses 1:18 (PDT). “Cristo, las primicias”, 1ª Corintios 15:23. Las primicias de una cosecha representa no solo un grano o a una espiga, sino a varias. ¿Significa esto que aquellas personas resucitadas cuando Jesús murió lo escoltaron al cielo?, Mateo 27:52. No lo sabemos.
2) Creyentes que resucitarán cuando Jesús regrese. “Los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese”, 1ª Corintios 15:23 (NTV). Estos son los que han de resucitar en el arrebatamiento de la iglesia: “…El Señor mismo vendrá de los cielos… y los que hayan muerto en Cristo resucitarán primero. Luego, nosotros los que estemos vivos… subiremos a reunirnos con los resucitados… y así estaremos con el Señor para siempre”, 1ª Tesalonicenses 4:16-17 (PDT).
3) Resurrección final antes del milenio. Durante la gran tribulación habrá personas que creerán en Jesús y muchos de ellos serán martirizados: “… Vi… debajo del altar las almas de los que habían muerto por predicar la palabra de Dios y por ser fieles testigos de la verdad”, Apocalipsis 6:9 (NT-BAD). Estos muertos resucitarán antes de comenzar el milenio: “Vi que resucitaban y reinaban con Cristo mil años… Era la primera resurrección. Los demás muertos no resucitarán hasta que los mil años hayan transcurrido”, Apocalipsis 20:4-5 (NT-BAD). ¿Lo ves? Los creyentes resucitarán mucho antes que los incrédulos. Por eso se la llama la primera resurrección o resurrección de o entre los muertos, puesto que el resto de los muertos (los incrédulos) se quedarán hasta que sean resucitados mil años después.
Una vez que los muertos resuciten, ¿a dónde irán? Los creyentes subirán al cielo y los incrédulos irán al infierno. Jesús dijo: “…Los muertos oirán mi voz y saldrán de sus tumbas. Entonces, los que hicieron lo bueno volverán a vivir, y estarán con Dios para siempre; pero los que hicieron lo malo volverán a vivir para ser castigados”, Juan 5:28-29 (TLA); Daniel 12:2; Mateo 25:46. La venida del Señor será buena noticia para quienes creyeron en Dios; en cambio, para quienes lo rechazaron será “Un día de terrible oscuridad... un día de terrible tristeza”, Amós 5:18-20 (TLA). Los incrédulos quedan advertidos. A menos que se vuelvan a Dios les aguarda un final miserable de tormento interminable, Apocalipsis 20:11-15.
Repasemos. A la venida del Señor los cuerpos de los creyentes resucitarán: “…Dios hará que todos aquellos que murieron y que creían en Jesús resuciten para estar con él”, 1ª Tesalonicenses 4:14 (PDT); Juan 6:39-40, 11:25; 2ª Corintios 4:14. El cuerpo resucitado se reunirá con el alma que ya estaba en la presencia del Señor desde que el cuerpo físico murió en la tierra. Entonces, ese ser humano integral comparecerá en el tribunal de Cristo para dar cuenta de sus obras y recibir eterna retribución: “Recibirás tu pago cuando llegue la resurrección del pueblo de Dios”,Lucas 14:14 (PDT); Daniel 12:13. “Un día tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo… cada uno recibirá lo que merezca por las buenas o las malas cosas que haya hecho mientras estaba en el cuerpo terrenal”, 2ª Corintios 5:10 (NT-BAD).
Los creyentes entrarán al cielo, pero no todos tendrán el mismo recibimiento. No todos recibirán el mismo abrazo del Señor. ¿Recuerdas la parábola de los diez siervos? Un hombre importante estaba por viajar a un país lejano. Llamó a diez de sus siervos y le dio a cada uno de ellos la misma cantidad de dinero con la orden de que lo multiplicaran durante el tiempo de su ausencia. Cuando regresó los mandó a llamar para que le rindieran su capital junto con los intereses que habían ganado. El primer siervo multiplicó diez veces el monto inicial y su amo lo recompensó dándole diez ciudades para gobernar, Lucas 19:17. El segundo multiplicó cinco veces y lo recompensó con cinco ciudades, Lucas 19:19. ¿Cuál es la enseñanza? Que nuestra recompensa en el cielo está relacionada al uso que hacemos de los dones y capacidades que se nos confió en esta vida. Siempre que los usemos para edificar la iglesia del Señor y hacer famoso su nombre estaremos acumulando un gran tesoro en el cielo. Pero si los escondemos o usamos para provecho personal o para promover los intereses del infierno entonces estaremos haciendo un mal negocio. No habrá recompensa para nosotros. ¿Cómo es posible que existan ‘creyentes’ que usen los dones de Dios para respaldar la obra del diablo? Existe además una recompensa especial de gozo para quienes permanecen unidos a Jesús y le dan mucho fruto: “Cuando producen mucho fruto… le da mucha gloria a mi Padre… y desbordarán de gozo”, Juan 15:8-11 (NTV). También se nos promete recompensa si hacemos avanzar el reino de Dios en medio de las dificultades. Pablo dijo: “Estos problemas y… este breve y momentáneo período de tribulación redundará en abundantes y eternas bendiciones de Dios para nosotros”, 2ª Corintios 4:17 (NT-BAD). No está bien entonces abandonar el ministerio, dejar de predicar y quedarnos en casa cuando estemos en medio de graves dificultades. ¡Pero eso es lo que normalmente hacemos!
Prestemos atención a lo que Pablo dice en 1ª Corintios 3. El pasaje está destinado principalmente a los pastores, predicadores y líderes pero incluye a todos los creyentes, pues todos deben contribuir a la edificación del Cuerpo de Cristo, Efesios 4:12-16. Los que edifican la iglesia están divididos en tres grupos. 1) Los sabios que emplean materiales duraderos como oro, plata y piedras preciosas, refiriéndose a una sana doctrina acompañada de un testimonio cristiano sólido. Estos recibirán recompensa: “Los que en la edificación emplearon materiales perdurables, recibirán la recompensa merecida”, 1ª Corintios 3:14 (CST). 2) Los negligentes que pierden la recompensa por edificar con madera, heno u hojarasca. Se refiere a aquellos que imparten enseñanzas inadecuadas, superficiales o comprometen el evangelio y llevan descrédito al nombre de Dios porque no viven de acuerdo a lo que predican. “Pero si el fuego destruye el edificio, el constructor sufrirá una gran pérdida. Él sí, se salvará, pero como uno que escapa de las llamas”, 1ª Corintios 3:15 (CST). Este caso es como en un incendio donde una persona salva su vida pero pierde todos sus bienes. 3) Los malvados que en lugar de edificar destruyen la obra del Señor. Estos serán condenados: “Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él”, 1ª Corintios 3:17 (LBLA). Dividir o atentar contra la iglesia del Señor es cosa seria. El juicio contra tales personas es drástico. Quizás digas: “no dividí ninguna iglesia y tampoco apoyé a quienes lo hicieron”. Mi pregunta entonces es la siguiente: ¿la amas verdaderamente? David amaba el lugar donde se asentaba la presencia de Dios: “Amo tu santuario, SEÑOR, el lugar donde habita tu gloriosa presencia”, Salmo 26:8 (NTV). “Prefiero pasar un día en tu templo que estar mil días lejos de él...”, Salmo 84:10 (TLA). Jesús sentía una pasión especial por la casa de Dios: “El amor que siento por tu templo me quema como un fuego”, Juan 2:17 (TLA). “Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella”, Efesios 5:25 (NTV). Si a Dios le importa Su iglesia, ¡a nosotros también debería importarnos!
Una reflexión final. Jesús dijo: “Vengo pronto, y traigo la recompensa conmigo…”, Apocalipsis 22:12 (NTV). La salvación se recibe gratis, pero las recompensas se ganan. A veces da la sensación de que es lo mismo servir a Dios y no hacerlo. Pero eso no es verdad. Acerca de aquellos que lo sirvan, el Señor dijo: “Ellos serán mis preferidos… Y los premiarécomo hace un padre con su hijo obediente. Entonces ustedes verán cómo se trata… al que sirve a Dios y al que no lo sirve”, Malaquías 3:17-18 (BLA). En el cielo todo es anotado para ser recompensado: “Dios… no olvidará con cuánto esfuerzo han trabajado para él y cómo han demostrado su amor por él sirviendo…”, Hebreos 6:10 (NTV). “…Trabajen siempre para el Señor con entusiasmo, porque… nada de lo que hacen para el Señor es inútil”, 1ª Corintios 15:58 (NTV). Cuando llegue el día en que Jesús llame a todos sus jornaleros para entregarles sus salarios, ¿cuál será el tuyo? ¿Tendrás recompensa? Tienes la posibilidad de realizar muchas buenas obras, pero solo las que son hechas para la gloria de Dios serán recompensadas. Recuerda que el bien que hagas “Jehová te lo pagará” (Proverbios 25:22) y que llegará el día en que Jesús mismo será quien te dé las gracias y la recompensa por el servicio que le hayas prestado.