El poder del Espíritu Santo 22/9/2024 #1318

Episode 343,   Sep 22, 09:31 PM

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Pastor José Luis Cinalli
22/9/2024
El poder del Espíritu Santo

“… El Espíritu Santo los llenó de poder… Cada uno hablaba… lo que el Espíritu Santo le indicaba”, Hechos 2:4 (TLA).

Una lectura superficial del libro de los Hechos es suficiente para reconocer que los creyentes de la primera hora tuvieron una relación con el Espíritu Santo totalmente desconocida para nosotros. Dependían y confiaban ciegamente en Él. El poder del Espíritu en ellos generó un despertar espiritual sin precedentes. Los fuegos mortecinos de la fe se avivaron de repente y la iglesia salió disparada a predicar a Cristo. Los lugares de oración temblaban, las personas eran azotadas por la convicción de pecado y, ciudades enteras conocieron el efecto transformador del evangelio. El crecimiento de la iglesia era vertiginoso y el imperio más grande y poderoso de entonces fue sacudido por la fe en pocos años. Suspiramos por algo igual hoy en día. Y podríamos experimentarlo si tan solo tuviéramos el grado de intimidad con el Espíritu Santo que ellos tuvieron. Pablo dijo: Por el poder del Espíritu Santo he hecho muchos milagros… y he anunciado la buena noticia por todas partes…”, Romanos 15:19 (TLA). Pablo no hablaba de lo que él hacía para Dios sino lo que Dios hacía por medio de él. Pablo nunca se atribuyó el crédito de alguna cosa, siempre le dio la gloria a Dios. El éxito de Pablo no se debía a su capacitación académica conseguida a los pies de Gamaliel (Hechos 22:3), tampoco a su posición encumbrada en la secta de los fariseos (Hechos 26:5) y mucho menos a su elocuente oratoria; lo que lo hacía diferente era el poder del Espíritu Santo: “… Confié solamente en el poder del Espíritu Santo…, 1a Corintios 2:4 (NTV). Dios expresó: “No cuenta el valor ni… la fuerza… solo… mi Espíritu, Zacarías 4:6 (Jer 2001). En el trabajo para Dios no nos apoyemos en nuestras capacidades, dones o experiencia porque pronto aparecerá escrita la palabra Icabod en nuestros corazones y la gloria de Dios se habrá marchado; en su lugar confiemos y sirvamos solo en el poder de su Espíritu.

No debemos desanimarnos a causa de nuestras debilidades porque la obra la hace el Espíritu por medio de nosotros. “… ¡Mi espíritu los acompaña! Por eso, no tengan miedo”, Hageo 2:5 (TLA). Puede que no portemos un apellido rimbombante ni tengamos contactos, títulos o influencia, ¡para Dios eso no representa ningún obstáculo! Nuestras deficiencias o limitaciones no le impiden a Dios hacer su obra. Los guerreros con quienes el Señor ganará el mundo para sí son los ‘don nadie’. Por tal motivo no te menosprecies sino entrégate y confía solo en Dios. Ezequías estaba convencido de este principio espiritual, por eso cuando le declararon la guerra se dirigió a toda la nación y dijo: “… No tengan miedo ni se desalienten… ¡porque hay un poder mucho más grande de nuestro lado!... Con nosotros está el SEÑOR… para ayudarnos y… pelear nuestras batallas...”, 2º Crónicas 32:7-8 (NTV). David dijo: “Algunos confían en sus carros de guerra, otros confían en sus caballos, pero nosotros solo confiamos en nuestro Dios. Esa gente tropezará y caerá, pero nosotros nos levantaremos y seguiremos de pie… El Señor siempre responderá a nuestro llamado cuando le pidamos ayuda, Salmo 20:7-9 (TLA, PDT). ¿Puedes verlo? ¡Solo por el Espíritu de Dios se logran cosas de valor duradero! Se comenta que el profundo cambio en la vida del evangelista Moody llegó el día en que escuchó a un predicador decir: “Ustedes podrían ver lo que el Espíritu Santo es capaz de hacer con un hombre que se rinde sin reservas al Señor”. Y Moody se dijo: “¿por qué no habría de ser yo ese hombre?”. Y lo fue. ¡El mundo todavía no ha visto lo que Dios puede hacer por, con, en y a través de una persona total y completamente consagrada a Él! ¡Y tú podrías ser esa persona si tan solo dejas que el Espíritu Santo gobierne toda tu vida!

Los apóstoles tenían una estrecha comunión con el Espíritu Santo y la evidencia está escrita en cada página del libro de los Hechos. Pero lo más inspirador es que los ‘hechos’ o la obra del Espíritu Santo continúa hoy en día. Lo que el Espíritu Santo hace a través de sus siervos no está totalmente registrado, aunque Dios toma nota de todo. ¿Lo sabías? Dios lleva un registro exhaustivo de nuestros nombres y de nuestras obras, Apocalipsis 13:8, 20:15. Además parece ser que el Señor registra también nuestras constantes luchas y lágrimas por permanecer en su camino: “Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas… has registrado cada una de ellas en tu libro”, Salmo 56:8 (NTV). El Señor toma muy en cuenta nuestro servicio fiel anotando todo en su libro, Malaquías 3:16. ¡Dios nunca pasa inadvertido el servicio de uno de sus hijos! ¡El Señor se complace en recordar todo pequeño servicio, todo pequeño don; jamás olvida las más pequeñas cosas! Y no solo que no las olvida sino que toma cuidado especial para que puedan ser conocidas por un número infinito de individuos, como fue el caso de María cuya adoración extravagante sigue siendo recordada hasta el día de hoy. Sigamos el ejemplo y registremos cada obra de Dios en nuestras vidas para no olvidarlas y siempre ser agradecidos.

Qué impresionantemente honesto ha sido Jesús con nosotros. Él no engañó a nadie, dijo claramente que sufriríamos por ser sus discípulos: “… Los entregarán a los tribunales y los golpearán… serán sometidos a juicio… ésa será una oportunidad para que ustedes… hablen de mí, Marcos 13:9 (NTV). Incluso más, dijo que seríamos perseguidos por el gobierno, la religión y la familia, Mateo 10. En muchos casos el creyente tendrá que escoger entre ser leal a Cristo o a su familia y amigos. La estrategia de Jesús para ganar seguidores es muy diferente a la del mundo que ofrece un sendero de rosas, comodidad, tranquilad, progreso y el cumplimiento de las ambiciones mundanas para aquel que quiera seguirlo. Jesús, en cambio, ofrece a los suyos la posibilidad de tribulación y muerte; sin embargo, también prometió la ayuda del Espíritu Santo: “… Cuando los entreguen a las autoridades, no se preocupen… por lo que han de decir… porque… el Espíritu… hablará por ustedes, Mateo 10:19-20 (DHH). Damos fe del cumplimiento de esta promesa en nuestra labor evangelística y misionera. ¿Quién sino el Espíritu Santo, nuestro Abogado Defensor”, (Juan 16:7, NTV) para librar de las cadenas a quienes sembrando gratuitamente recursos para la prevención del abuso son acusados injustamente del robo de menores? El resultado de una iglesia que, arrodillada y puesta de acuerdo, clama al cielo es la intervención de nuestro “Defensor” (Juan 16:7, DHH) quien tomando la injusta causa, humilla al enemigo y se glorifica a sí mismo. El mentiroso prende fuego e inicia la hoguera de la repulsa social y la iglesia sacrifica alabanza. El enemigo manipula la prensa y la iglesia predica a Cristo. El enemigo se aprovecha de la injusta justicia humana para desacreditar el evangelio y Dios exalta a la niña de sus ojos, Zacarías 2:8. El mentiroso usa la opinión pública para ensuciar la iglesia, y el video de los creyentes predicando a Cristo se vuelve viral. No olvidemos que Dios permite que sucedan estas cosas para asegurar la entrada de Su mensaje a los lugares más improbables. Refiriéndose a su tiempo en la cárcel Pablo dijo: “… Quiero que sepan que todo lo que me ha sucedido en este lugar ha servido para difundir la Buena Noticia, Filipenses 1:12 (NTV). Jesús dijo: “… Los perseguirán… juzgarán… y los meterán a la cárcel… Pero esto les dará oportunidad de hablarles acerca de mí. Tengan confianza…”, Lucas 21:12-14 (PDT). Tener confianza es la clave. Confiemos ciegamente en Dios el Espíritu Santo que está con nosotros, 1ª Corintios 3:16. ¡Nada honra más a Dios que acudir a Él como nuestro único recurso, nuestra única alternativa y nuestra única esperanza! David dijo: “Señor… mi única esperanza está en ti, Salmo 39:7 (NTV). Job expresó: Dioses mi única esperanza; voy a presentar mi caso ante él”, Job 13:15 (NTV). Pablo exclamó: “… Confié solamente en el poder del Espíritu Santo…, 1a Corintios 2:4 (NTV). ¿Cómo les fue a David, Job y Pablo por haber confiado sólo en Dios? ¿Te das cuenta? ¡Dios siempre ha sido la luz de esperanza en medio de la tormenta más oscura!

La vida rebosante y abundante del Espíritu es una bendición de este lado de la cruz. Cuando la obra de Cristo fue consumada, el Espíritu fue dado: “… Mientras Jesús no muriera y resucitara, el Espíritu no se haría presente”, Juan 7:39 (TLA). En el A.T. el Espíritu no habitaba en las personas, sino que venía a algunos por un tiempo y luego se retiraba. No era permanente ni para todos. No había condiciones para recibir el Espíritu. El Espíritu actuaba de manera completamente soberana y según su voluntad. El hecho de que el creyente sea habitado por el Espíritu Santo para siempre es una bendición neo testamentaria consecuente a la muerte y resurrección de Jesús. Hoy día la única condición que existe para tener al Espíritu Santo es creer en Jesús y obedecerlo: Dios da su Espíritu Santo a todos los que lo obedecen, Hechos 5:32 (TLA). Experimentar una vida de bendición y poder es posible y depende de nosotros. La amistad y dependencia del Espíritu Santo es el más grande tesoro de esta vida, ¡por eso debemos preservarlo! La vida presente y futura depende de ese cuidado.