Un nuevo año, una nueva vida, una nueva oportunidad 31/12/2023 #1280
Episode 302, Dec 31, 2023, 08:25 PM
Pastor José Luis Cinalli
31/12/2023
Un nuevo año, una nueva vida, una nueva oportunidad
31/12/2023
Un nuevo año, una nueva vida, una nueva oportunidad
“Y fueron las vidas de Sara 100 años y 20 años y 7 años, años de las vidas de Sara”, Génesis 23:1 (Parashá de la Torá).
“Las vidas de Sara”. ¿No se supone que las personas tienen una sola vida? Desde el punto de vista hebreo no. Sara vivió 127 vidas porque una vida es un año y un año es una nueva vida. Y una nueva vida es una nueva oportunidad. Año nuevo, vida nueva. Un mal año, una enfermedad, una crisis o una adversidad suelen hundir a las personas en la desesperación. Pero, ¿qué sucedería si en lugar de aceptar el fracaso nos pusiéramos de pie y siguiéramos adelante con la ayuda de Dios? ¿Por qué no pensar que esa dificultad es una oportunidad para vivir una vida nueva, tal como Dios nos la ofrece? “Sus misericordias nuevas son cada mañana”, Lamentaciones 3:22-23. Entonces, ¿qué haremos con la ‘nueva vida’?
1) Servir a Dios con nuestros dones y talentos. “Hemos sido rescatados… para… servir a Dios… todos los días de nuestra vida”, Lucas 1:74-75 (NTV, TLA). Fuimos llamados a servir a Dios y a servir para Dios: “Y estableció a doce, para que estuviesen con él (servir a Dios), y para enviarlos a predicar (servir para Dios)”, Marcos 3:14. Servir a Dios significa desarrollar una relación de amistad con Él siempre creciente a través de las disciplinas espirituales. Pero también fuimos llamados a servir para Dios edificando Su iglesia y extendiendo Su reino mediante el empleo de los dones: “Dios... les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros”, 1ª Pedro 4:10 (NTV), Romanos 12:6-8; 1ª Corintios 12:14-22. Si escondemos los dones o nos aprovechamos de ellos para beneficio personal le estaremos robando a Dios. ¿Por qué? Porque todo lo que tenemos nos fue confiado por Dios (Juan 3:27) y debe volver a Él incrementando su honor y gloria. No está bien postergar un llamado o dejar que los dones se duerman. Timoteo lo hizo y Pablo le dijo: “… No dejes de usar… el don espiritual que Dios te dio”, 2ª Timoteo 1:6 (TLA, NTV).
2) Servir a Dios con nuestros bienes. “Demuéstrale a Dios que para ti él es lo más importante. Dale de lo que tienes y de todo lo que ganes”, Proverbios 3:9 (TLA). Somos llamados a hacer un buen uso de las bendiciones recibidas. ¿Cómo? Usando nuestro dinero con los ojos puestos en la eternidad. Jesús lo explicó muy bien en la parábola del mayordomo deshonesto, Lucas 16. Un hombre rico descubrió que su administrador malgastaba su capital. Antes de despedirlo le pidió cuenta de su mayordomía. El hombre no sabía qué hacer, entonces tuvo una astuta idea. Llamó a cada uno de los deudores de su jefe y les perdonó parte de la deuda con la esperanza de que estos lo ayudaran cuando fuera destituido de su cargo. Cuando el patrón supo lo que había hecho lo felicitó (Lucas 16:8) no por su deshonestidad sino por su iniciativa en planificar su futuro. Lo malo del administrador, además de su deshonestidad, es que planificó solamente su futuro terrenal. Cuidado con caer en el mismo error. El apóstol Pablo dijo que debemos vivir “no mirando… las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”, 2ª Corintios 4:18. Y, ¿cuál es la mejor manera de planificar nuestro futuro eterno? Siguiendo el consejo de Jesús: ¡sustituyendo bienes por amigos! “… Usen sus recursos mundanos para beneficiar a otros y para hacer amigos. Entonces, cuando esas posesiones terrenales se acaben, ellos les darán la bienvenida a un hogar eterno”, Lucas 16:9 (NTV). ¿Quiénes son esos amigos que nos recibirán en sus propios hogares? Aquellos cuyas vidas hemos tocado con el evangelio aquí en la tierra. Si usamos nuestros recursos para ayudar a que otros encuentren a Cristo la inversión nos brindará beneficios en la eternidad. ¿Lo ves? ¡Aseguramos nuestro futuro eterno cuando utilizamos nuestros recursos terrenales para que las personas se reconcilien con Dios! Jesús dijo: “No guarden tesoros para ustedes aquí en la tierra… Más bien, guarden tesoros para ustedes en el cielo…”, Mateo 6:19-20 (PDT). La prioridad en el uso de nuestro dinero debe ser la salvación de los pecadores. Eso sí es hacer tesoros en el cielo: “… Hagan el bien… sean… ricos en buenas obras… den con alegría… Si así lo hacen, estarán acumulando un tesoro en el cielo…”, 1ª Timoteo 6:18-19 (PDT); Mateo 25:40; Lucas 6:35-36, 38, 12:33-34, 14:33. He aquí algunos ejemplos de discípulos de Cristo que siguieron sus enseñanzas de hacer amigos con sus riquezas, Lucas 18:28; Hechos 2:44-45, 4:32. Los macedonios nos dejaron un buen ejemplo, 2ª Corintios 8:3-5. También la casa de Estéfanas, 1ª Corintios 16:15-16. Poner en circulación nuestro dinero para que la gente conozca a Dios está a contrapelo de lo que el mundo enseña, incluso de lo que predican muchos falsos maestros enfatizando la acumulación de riquezas a expensas de la obra de Dios. Dios quiere que prosperemos, pero para invertir cada vez más en su obra. Cuidado con esa clase de evangelio que promete bendiciones sin exigir obediencia y que nada ofrece a este mundo pecador. El evangelio que no comparte a Cristo y no enseña el camino de la generosidad a los creyentes no es el verdadero evangelio.
3) Servir a Dios de buena gana. “… Trabajen sin descanso… cada vez más en la obra del Señor (DHHe)… abundando… (NBLH)… creciendo (OSO)… progresando constantemente… (SA)… sabiendo que el Señor no dejará sin recompensa vuestro trabajo”, 1ª Corintios 15:58 (BDA2010, MN). Las palabras ‘abundar’, ‘crecer’ y ‘progresar’ hacen referencia a un servicio sin medidas y a un ministerio sin límites, ¡pero para Dios! “Trabajando cada vez más… para el Señor (PDT)… en la obra del Señor”, 1ª Corintios 15:58 (NBE, RV60). Dios espera que nos ocupemos de sus intereses sin escatimar esfuerzos, ¡“Sin descanso… cada vez más”!, 1ª Corintios 15:58 (BDA2010, DHHe). ¿Lo hacemos? La verdad es que trabajamos sin descanso, pero para nosotros. No medimos fuerzas ni desperdiciamos tiempo cuando se trata de nuestros negocios, pero nos convertimos en peritos contadores cuando se trata de actos de servicio para Dios. Queremos lo celestial al menor costo posible. Hacemos lo mínimo e indispensable para no ser condenados. Sin embargo, Dios espera que nuestras primeras y mejores inversiones sean en su obra: “Busquen primero el reino de Dios… y… Dios les dará… todo lo que necesiten…”, Mateo 6:33 (BDA2010, TLA). Pablo dijo: “… Cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo”, 1ª Corintios 3:8 (NTV). Jesús expresó: “… Vengo pronto… para recompensar a cada uno según sea su obra”, Apocalipsis 22:12 (NBLH). ¿Y qué sucede si no obedecemos? “Malditos los que se rehúsen a hacer el trabajo del Señor…”, Jeremías 48:10 (NTV). “¡Maldito el que no haga con gusto el trabajo que el Señor encarga!..”, Jeremías 48:10 (DHH). ¿Lo ves? La bendición es directamente proporcional a nuestro esfuerzo por Dios y su obra.
4) Servir a Dios con fe. ¿Se puede servir a Dios sin fe? Zacarías lo hizo y quedó mudo. Cuando el ángel le dijo que tendría un hijo, él dijo: “… Imposible... soy demasiado viejo…”, Lucas 1:18 (NT-BAD). En cambio, cuando se le anunció a María que concebiría del Espíritu Santo, ella dijo: “Soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho…”, Lucas 1:38 (DHH). Zacarías perdió la bendición del habla por incrédulo y María fue considerada bendita por su fe: “¡Dios te ha bendecido porque confiaste en sus promesas!”, Lucas 1:45 (TLA). ¿Lo ves? Las bendiciones se reciben por fe y se conservan mediante la obediencia. Dios puede prometernos un año de activación sobrenatural, pero el cumplimiento de esa promesa depende de nuestra fe. Si nos quedamos de brazos cruzados, mirando de reojo con escepticismo, nada sucederá. ¿Y sabes por qué? Porque la incredulidad limita el poder de Dios. La única razón por la que Jesús realizó tan pocos milagros en Nazaret fue la incredulidad de su gente, Mateo 13:58. ¿Recuerdas lo que sucedió con los discípulos cuando no pudieron echar fuera un demonio? Jesús les dijo: “Ustedes no tienen la fe suficiente”, Mateo 17:20 (NTV). Qué curioso, todos los discípulos fueron desairados menos Pedro, Jacob y Juan. Estos sí que tenían fe y lo sabemos porque quisieron carbonizar a los samaritanos haciendo descender fuego del cielo, Lucas 9:52-54. ¿De dónde provenía esa fe? De haber estado con Jesús en el monte, Lucas 9:28. ¿Lo ves? El fruto de la comunión con Dios es la fe. La fe siempre comienza en el lugar secreto: “… la fe viene por escuchar atentamente… la palabra de Dios”, Romanos 10:17 (NT Pesh).
Conclusión. Ya que tendremos que rendir cuenta a Dios por la forma en la que administramos nuestro tiempo, dones, influencia y dinero, ¿por qué no aprovechar la ‘nueva vida’ que se nos concede para hacer un buen uso de las bendiciones recibidas? Cultivemos una relación más cercana con Dios afianzándonos en las disciplinas espirituales de la oración, el ayuno, las vigilias y las caminatas de oración, entre otras. Sirvamos a Dios, sin medir esfuerzos, con todo lo que nos ha sido concedido. ¡Hagámoslo de buena gana y siempre para la gloria de nuestro amado Señor!