Diezmo, ¿fraude o verdad? 9/7/2023 #1256
Episode 277, Jul 09, 2023, 10:47 PM
Pastor José Luis Cinalli
9/7/2023
Diezmo, ¿fraude o verdad?
9/7/2023
Diezmo, ¿fraude o verdad?
“¡Cómo quisiéramos que abrieras el cielo y bajaras...!”, Isaías 64:1 (TLA).
¿Qué significa cielos abiertos? Un lugar de fácil acceso a Dios. Pablo accedió al lugar de Su presencia cuando se encontró con Jesús camino a Damasco, Hechos 9. Contemplar la gloria de Dios a través de un cielo abierto transformó a un Saulo asesino en un mártir llamado Pablo. ¡Cuántos ‘Saulos’ esperan que la iglesia abra los cielos para tener un encuentro con Dios que cambie sus vidas para siempre! Si realmente aspiramos a que Dios descienda y que una explosión sobrenatural de su presencia llene toda la tierra necesitamos abrir los cielos. Y, ¿cómo lo hacemos? ¡Diezmando! “Traigan todos los diezmos al… templo… Si lo hacen —dice el SEÑOR…— les abriré las ventanas de los cielos. ¡Derramaré una bendición tan grande que no tendrán suficiente espacio para guardarla!...”, Malaquías 3:10 (NTV). ¡Darle a Dios es uno de los principios espirituales más antiguos que abre los cielos! El diezmo fue practicado por Abraham y Jacob, Génesis 14:20, 28:22. Luego se convirtió en ley: “Deberás separar el diezmo… Lleva ese diezmo al lugar de adoración designado… Esta práctica te enseñará a temer siempre a… Dios”, Deuteronomio 14:22-23 (NTV). Aunque el diezmo “le pertenece al SEÑOR…” (Levítico 27:30, NTV) se utilizaba para sustentar a los levitas: “… Es su salario por el trabajo que hacen en la carpa del encuentro”, Números 18:21, 31 (BDA2010; PDT). Pero cuidado, los levitas también diezmaban: “La décima parte de los diezmos que reciben de los israelitas, tendrán que presentarla como ofrenda… al SEÑOR… asegúrense de dar lo mejor al SEÑOR”, Números 18:28-29 (NTV). Los líderes espirituales deben dar a Dios generosamente antes de pretender que el pueblo haga lo mismo. Los levitas eran bendecidos si diezmaban fielmente lo mejor. En cambio, si no lo hacían pagaban con la vida: “Si han apartado lo mejor, no cometerán… pecado… y no morirán”, Números 18:32 (BLA). Ahora bien, ¿prohibió Jesús el diezmar? No, al contrario, dijo que no dejáramos de hacerlo: “… Deben dar a Dios la décima parte de todo…”, Lucas 11:42 (TLA). Además, dijo que debemos devolverle a Dios lo que es de Dios: “… Den a Dios lo que pertenece a Dios”, Mateo 22:21 (NTV). Sabemos que a Dios le pertenecen los diezmos (Levítico 27:30) y también nuestra vida, Mateo 22:37. Entonces el diezmo era ley en el A.T. pero en la dispensación de la gracia es un acto de adoración voluntaria que surge de un corazón alegre y agradecido. Veamos los principios espirituales que rigen la ofrenda en el N.T.:
1) Entregarse uno mismo a Dios. La primera ofrenda que Dios espera de nosotros, somos nosotros mismos. “… Dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada…”, Romanos 12:1 (TLA). Los cristianos macedonios fueron alabados por hacerlo: “… Lo primero que hicieron fue dedicarse por entero al Señor y luego… a nosotros...”, 2ª Corintios 8:5 (NT-BAD, RV60).
2) Dar a Dios es un mandamiento. “En cuanto a la ofrenda… haced… de la manera que ordené…”, 1ª Corintios 16:1 (RV60). Ofrendar no es una sugerencia o recomendación, es un mandamiento bíblico. ¿Qué destino tienen las ofrendas? Que la iglesia local, de la que formamos parte, cumpla con el mandamiento de edificar la iglesia, extender el reino de Dios (Mateo 28:19-20) y ayudar a los necesitados, especialmente a creyentes, 1ª Corintios 16:1; 2ª Corintios 8:4; 9:1 y 12. Ahora bien, Jesús nos ordenó ser buenos administradores, Lucas 19:12-26. Eso significa que debemos ser sabios a la hora de ofrendar. Dar nuestras ofrendas a una iglesia donde Cristo no es honrado y donde no se esté predicando fielmente la Palabra no es ofrendar con sabiduría. Debemos tener tanto cuidado al invertir nuestro dinero para Dios, como lo tenemos cuando invertimos en nuestros negocios. Debemos sembrar nuestro dinero en el terreno que produzca los mayores intereses espirituales.
3) Dar sistemáticamente. “El primer día de cada semana… cada uno de ustedes aparte algo de lo que ganó durante la semana… conforme a sus ingresos (NVI)… según haya prosperado (NBLH), y dedíquelo a esta ofrenda…”,1ª Corintios 16:2 (NTV, NT-BAD). ¿Cuándo debemos ofrendar? “El primer día de la semana”; es decir, el día en que la iglesia se reúne para celebrar la resurrección de Jesucristo. Algunos agricultores reciben el producido de sus cosechas una vez al año. Otros reciben sus ingresos, semanal, quincenal o mensualmente. Pero todos ahorran de sus ingresos para cumplir con sus deberes como pagar la luz y el agua cada mes. De igual manera, cuando llega el día de congregarse debe haber fondos guardados para cumplir con el deber de ofrendar como mandan las Escrituras. La Biblia dice “cada primer día de la semana”; no dice “cada vez que recibamos el salario”. El mandamiento bíblico de ofrendar es semanal, sin importar la forma y el tiempo en que se reciba el salario. ¿Quiénes deben ofrendar? “Cada uno de ustedes” (1ª Corintios 16:2) es decir todos los creyentes, incluyendo adultos y niños, pobres y ricos; y por supuesto, los pastores.
4) Dar como un acto de adoración. ¡Ofrendar es un acto de adoración, en medio de una reunión pública de adoración! La adoración es un sacrificio, por eso la ofrenda que no represente ‘sudor’ no es aceptada por Dios. David dijo: “No quiero ofrecer al Señor… sacrificios que no me cuesten nada”, 2º Samuel 24:24 (BDA2010). Ana practicaba la adoración de sacrificio. Fue al templo y entregó a su hijo en adoración, 1º Samuel 1:28. La ofrenda sudorosa tiene gran significado para Dios. ¿Por qué? Porque el sudor transfiere valor. Nosotros transformamos horas de sudor en pesos y, luego le damos a Dios dinero que hemos sudado trabajando en un acto de adoración. Eso fue exactamente lo que hizo la viuda pobre, Marcos 12:41-44. Mientras los ricos daban de lo que les sobraba la mujer adoró con una ofrenda que le costó sudor y lágrimas. ¡La ofrenda cristiana es estimada en términos de sacrificio, no de cantidad!
5) Dar en proporción a las bendiciones recibidas. “Todos darán… de acuerdo con las bendiciones que hayan recibido del SEÑOR…”, Deuteronomio 16:17 (NTV). La ofrenda debe ser proporcional a las bendiciones: “En proporción a cómo esté prosperando… de acuerdo a lo que el Señor les haya ayudado a ganar”, 1ª Corintios 16:2 (RVA, NT-BAD). Debemos ser más generosos a medida que prosperamos: “Dios… les proporcionará… buenas cosechas para que cada vez puedan dar mayores ofrendas. Sí, Dios les dará en abundancia para que puedan dar en abundancia…”, 2ª Corintios 9:10-11 (NT-BAD). “… Así como él se muestra muy generoso… también espera que ustedes le sirvan con la misma generosidad”, Lucas 12:48 (TLA). ¿Cuánto deberíamos ofrendar? Todo depende de cuán agradecidos seamos con Dios y de los tesoros que queramos hacer en el cielo.
6) Dar alegremente. Dios dijo que aceptaría la ofrenda “… que cada uno… presente de corazón”, Éxodo 25:2 (BDA2010). “… Porque si la disposición es buena, es bien recibido lo que uno da…”, 2ª Corintios 8:12 (BDA2010). “… Dios ama a la persona que da con alegría”, 2ª Corintios 9:7 (NVI). ¡Dios acepta solo la ofrenda que nace de un corazón alegre!
7) Dar generosamente. La ofrenda debe ser “producto de la generosidad y no una muestra de tacañería”, 2ª Corintios 9:5 (BDA2010). La ofrenda generosa bendice a quien la da: “Da con generosidad y serás más rico… El generoso prosperará…”, Proverbios 11:24-25 (NTV); Proverbios 22:9. “… El que siembra con bendiciones, con bendiciones también segará…”, 2ª Corintios 9:6 (NT-Recobro). Cuando le damos a Dios alegre y dadivosamente los cielos se abren y nos colocamos en posición de recibir grandes bendiciones: “Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten…”, 2ª Corintios 9:8 (NTV). ¡La liberalidad produce más liberalidad! Ahora bien, no esperes recibir para dar. El principio espiritual es dar a Dios primero para recibir después: “Den y recibirán… La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio”, Lucas 6:38 (NTV). Y por supuesto lo que recibimos de Dios es infinitamente superior a lo que le damos. Nuestra generosidad nunca superará la de Dios. Advierte un detalle más. Los israelitas vivieron maldecidos durante todo el tiempo en que le robaron a Dios. Sin embargo, Dios dijo que si volvían a obedecer, la maldición se rompería y los cielos se abrirían, Malaquías 3:10. La expresión “abrir las ventanas del cielo” hace referencia a la generosidad de Dios como una gran inundación, Génesis 7:11. ¿Lo ves? ¡La desobediencia al mandamiento de dar activa maldiciones, pero la obediencia las desactiva!
1) Entregarse uno mismo a Dios. La primera ofrenda que Dios espera de nosotros, somos nosotros mismos. “… Dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada…”, Romanos 12:1 (TLA). Los cristianos macedonios fueron alabados por hacerlo: “… Lo primero que hicieron fue dedicarse por entero al Señor y luego… a nosotros...”, 2ª Corintios 8:5 (NT-BAD, RV60).
2) Dar a Dios es un mandamiento. “En cuanto a la ofrenda… haced… de la manera que ordené…”, 1ª Corintios 16:1 (RV60). Ofrendar no es una sugerencia o recomendación, es un mandamiento bíblico. ¿Qué destino tienen las ofrendas? Que la iglesia local, de la que formamos parte, cumpla con el mandamiento de edificar la iglesia, extender el reino de Dios (Mateo 28:19-20) y ayudar a los necesitados, especialmente a creyentes, 1ª Corintios 16:1; 2ª Corintios 8:4; 9:1 y 12. Ahora bien, Jesús nos ordenó ser buenos administradores, Lucas 19:12-26. Eso significa que debemos ser sabios a la hora de ofrendar. Dar nuestras ofrendas a una iglesia donde Cristo no es honrado y donde no se esté predicando fielmente la Palabra no es ofrendar con sabiduría. Debemos tener tanto cuidado al invertir nuestro dinero para Dios, como lo tenemos cuando invertimos en nuestros negocios. Debemos sembrar nuestro dinero en el terreno que produzca los mayores intereses espirituales.
3) Dar sistemáticamente. “El primer día de cada semana… cada uno de ustedes aparte algo de lo que ganó durante la semana… conforme a sus ingresos (NVI)… según haya prosperado (NBLH), y dedíquelo a esta ofrenda…”,1ª Corintios 16:2 (NTV, NT-BAD). ¿Cuándo debemos ofrendar? “El primer día de la semana”; es decir, el día en que la iglesia se reúne para celebrar la resurrección de Jesucristo. Algunos agricultores reciben el producido de sus cosechas una vez al año. Otros reciben sus ingresos, semanal, quincenal o mensualmente. Pero todos ahorran de sus ingresos para cumplir con sus deberes como pagar la luz y el agua cada mes. De igual manera, cuando llega el día de congregarse debe haber fondos guardados para cumplir con el deber de ofrendar como mandan las Escrituras. La Biblia dice “cada primer día de la semana”; no dice “cada vez que recibamos el salario”. El mandamiento bíblico de ofrendar es semanal, sin importar la forma y el tiempo en que se reciba el salario. ¿Quiénes deben ofrendar? “Cada uno de ustedes” (1ª Corintios 16:2) es decir todos los creyentes, incluyendo adultos y niños, pobres y ricos; y por supuesto, los pastores.
4) Dar como un acto de adoración. ¡Ofrendar es un acto de adoración, en medio de una reunión pública de adoración! La adoración es un sacrificio, por eso la ofrenda que no represente ‘sudor’ no es aceptada por Dios. David dijo: “No quiero ofrecer al Señor… sacrificios que no me cuesten nada”, 2º Samuel 24:24 (BDA2010). Ana practicaba la adoración de sacrificio. Fue al templo y entregó a su hijo en adoración, 1º Samuel 1:28. La ofrenda sudorosa tiene gran significado para Dios. ¿Por qué? Porque el sudor transfiere valor. Nosotros transformamos horas de sudor en pesos y, luego le damos a Dios dinero que hemos sudado trabajando en un acto de adoración. Eso fue exactamente lo que hizo la viuda pobre, Marcos 12:41-44. Mientras los ricos daban de lo que les sobraba la mujer adoró con una ofrenda que le costó sudor y lágrimas. ¡La ofrenda cristiana es estimada en términos de sacrificio, no de cantidad!
5) Dar en proporción a las bendiciones recibidas. “Todos darán… de acuerdo con las bendiciones que hayan recibido del SEÑOR…”, Deuteronomio 16:17 (NTV). La ofrenda debe ser proporcional a las bendiciones: “En proporción a cómo esté prosperando… de acuerdo a lo que el Señor les haya ayudado a ganar”, 1ª Corintios 16:2 (RVA, NT-BAD). Debemos ser más generosos a medida que prosperamos: “Dios… les proporcionará… buenas cosechas para que cada vez puedan dar mayores ofrendas. Sí, Dios les dará en abundancia para que puedan dar en abundancia…”, 2ª Corintios 9:10-11 (NT-BAD). “… Así como él se muestra muy generoso… también espera que ustedes le sirvan con la misma generosidad”, Lucas 12:48 (TLA). ¿Cuánto deberíamos ofrendar? Todo depende de cuán agradecidos seamos con Dios y de los tesoros que queramos hacer en el cielo.
6) Dar alegremente. Dios dijo que aceptaría la ofrenda “… que cada uno… presente de corazón”, Éxodo 25:2 (BDA2010). “… Porque si la disposición es buena, es bien recibido lo que uno da…”, 2ª Corintios 8:12 (BDA2010). “… Dios ama a la persona que da con alegría”, 2ª Corintios 9:7 (NVI). ¡Dios acepta solo la ofrenda que nace de un corazón alegre!
7) Dar generosamente. La ofrenda debe ser “producto de la generosidad y no una muestra de tacañería”, 2ª Corintios 9:5 (BDA2010). La ofrenda generosa bendice a quien la da: “Da con generosidad y serás más rico… El generoso prosperará…”, Proverbios 11:24-25 (NTV); Proverbios 22:9. “… El que siembra con bendiciones, con bendiciones también segará…”, 2ª Corintios 9:6 (NT-Recobro). Cuando le damos a Dios alegre y dadivosamente los cielos se abren y nos colocamos en posición de recibir grandes bendiciones: “Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten…”, 2ª Corintios 9:8 (NTV). ¡La liberalidad produce más liberalidad! Ahora bien, no esperes recibir para dar. El principio espiritual es dar a Dios primero para recibir después: “Den y recibirán… La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio”, Lucas 6:38 (NTV). Y por supuesto lo que recibimos de Dios es infinitamente superior a lo que le damos. Nuestra generosidad nunca superará la de Dios. Advierte un detalle más. Los israelitas vivieron maldecidos durante todo el tiempo en que le robaron a Dios. Sin embargo, Dios dijo que si volvían a obedecer, la maldición se rompería y los cielos se abrirían, Malaquías 3:10. La expresión “abrir las ventanas del cielo” hace referencia a la generosidad de Dios como una gran inundación, Génesis 7:11. ¿Lo ves? ¡La desobediencia al mandamiento de dar activa maldiciones, pero la obediencia las desactiva!
Conclusión. No existe ninguna justificación para promover el ‘comercio’ religioso o los trueques de fe. No ofrendamos temiendo el castigo divino, o incentivados por su retribución; ¡ofrendamos motivados por el amor a Dios! Por otra parte, aunque el diezmo no sea ley en la dispensación de la gracia, el dar alegre y sacrificialmente es un mandamiento novotestamentario. El principio espiritual detrás de la ley del diezmo sigue vigente: ¡honrar a Dios, dándole lo primero y lo mejor!, Proverbios 3:9-10. Los que vivimos en el pleno fuego del Calvario y Pentecostés y somos bendecidos con toda bendición espiritual en Cristo, ¿daremos menos que quienes solo conocieron la sombra de los bienes venideros? Entonces, ¡los que diezman reciben bendiciones de Dios no por el porcentaje que dan sino porque lo hacen generosamente!