Postergar la obediencia es desobediencia 16/4/2023 #1244

Episode 265,   Apr 16, 2023, 08:27 PM

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Pastor José Luis Cinalli
16/4/2023
Postergar la obediencia es desobediencia

“Abram juntó a… sus sirvientes… Eran trescientos dieciocho hombres, y con ellos persiguió a… cuatro reyes… y los derrotó… así liberó a Lot… y recuperó todas… sus riquezas”, Génesis 14:14-16 (TLA).

En tiempos de Abram la mayoría de las ciudades tenían sus propios reyes y las guerras eran comunes. Cuando una ciudad era conquistada pagaba impuesto al rey victorioso, como sucedió con Sodoma y cuatro reinos más que tributaban al rey Quedorlaomer. Sin embargo, después de doce años de esclavitud se rebelaron y estalló la trifulca. Quedorlaomer obtuvo la victoria y reconquistó las ciudades llevándose consigo a Lot y a su familia. Cuando Abram lo supo salió a perseguirlo y con la ayuda de Dios lo derrotó. Ahora bien, Abram no corría ningún peligro en este conflicto bélico, pero su sobrino sí. La codicia había empujado a Lot a vivir en Sodoma, Génesis 14:12. Su propósito no era rendir culto a Dios y mucho menos dar testimonio de su fe en esa perversa ciudad. Su ambición era hacerse un nombre, un lugar y una heredad entre los mortales. Y, ¿qué sucedió? Su testimonio sufrió un golpe mortal. Aquí yace una enseñanza. Es necesario tener bien claro qué nos motiva a hacer lo que hacemos. Por supuesto que un creyente puede atender sus negocios y servir a Cristo con efectividad, pero en tal caso el evangelio es su enfoque principal. Pablo es el mejor ejemplo. Aunque trabajaba para sustentarse su prioridad era anunciar el evangelio y no fabricar tiendas, Hechos 18:3. “Día y noche nos esforzamos por ganarnos la vida, a fin de no ser una carga para ninguno de ustedes mientras les predicábamos la Buena Noticia…”, 1ª Tesalonicenses 2:9 (NTV); 2ª Tesalonicenses 3:8, Hechos 20:34. Nuestro principal interés debe ser Dios y su obra. Nunca debemos dar atención primaria a las cosas secundarias. Sigamos el ejemplo de los macedonios quienes “a sí mismos se dieron primeramente al Señor”, 2ª Corintios 8:5.

Pablo dijo: “… El Señor ordenó que los que predican la Buena Noticia sean sostenidos por los que reciben el beneficio del mensaje”, 1ª Corintios 9:14 (NTV); 1ª Timoteo 5:17-18; Mateo 10:10; Gálatas 6:6. Sin embargo, también enseñó que los que predican el evangelio pueden trabajar para sustentarse. Él mismo fue un ejemplo. Muchos hermanos sirven a tiempo completo mientras; otros, que son muy activos en la obra del Señor, siguen en sus trabajos seculares para sostener a su familia. Que nadie diga que es necesario recibir un salario para predicar y, que nadie se sienta mal por trabajar mientras sirve a Cristo, porque sin dejar de fabricar tiendas Pablo hizo mucho más en la obra del Señor que muchos de los que reciben salario. Que Dios bendiga a los dos grupos sin olvidar que el objetivo primario de cada uno de ellos debe ser Dios y su obra. Eso es lo que Pablo quiso decir cuando escribió: “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”, 2ª Timoteo 2:4. Entonces, no está mal ‘hacer tiendas’ cuando sea necesario. Lo que está mal es servir a Dios con una atención dividida. Cuando las prioridades de un creyente están alteradas la obra del Señor sufre. ¡”Santificamos” nuestra codicia cuando ponemos las cosas terrenales por encima de las espirituales!

Veamos lo que Jesús tiene para decirnos. “Dijo a otro (discípulo, Mateo 8:21): —… sígueme. El hombre aceptó, pero le dijo: —Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre… Jesús le dijo: — ¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos! Tu deber es ir y predicar acerca del reino de Dios, Lucas 9:59-60 (NTV). Aunque muchos respondieron positivamente al llamado de seguir a Cristo (Pedro, Andrés, Jacobo, Juan, Mateo 4:18-20) este “otro discípulo” no lo hizo. No se negó a obedecer, solo pidió una prórroga porque en ese momento tenía un asunto más importante que anunciar el reino de Dios. Propuso ser predicador de la Palabra, pero después. Jesús no aceptó. El Señor dejó bien en claro que posponer la obediencia es desobediencia. ¡La urgencia de la misión no permite servidores en espera! Busquen primero el reino de Dios y hacer su voluntad…”, Mateo 6:33 (BDA2010). El énfasis de Jesús está en la palabra “primero”. Jesús siempre exige lo primero de aquellos que quieran seguirlo. “Conságrame todos los primogénitos…”, Éxodo 13:2 (BDA2010). “En tiempo de cosecha me darás tu primer fruto y tu primer vino. No esperes hasta más adelante en el año…”, Éxodo 22:29 (PDT). El mensaje es claro: ¡la lealtad a Dios tiene preferencia sobre todas las demás lealtades!

Jesús también dijo: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre… madre… mujer e hijos… y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo”, Lucas 14:26. La palabra aborrecer en este pasaje no significa odiar, pues la Biblia nos ordena honrar a nuestros padres (Efesios 6.2) y amar a nuestros enemigos, Mateo 5:44. En este contexto, la palabra aborrecer significa “amar menos”. Esto sucedía con Jacob, quien ‘aborrecía’ a Lea. En otras palabras, la amaba menos que a Raquel: amó más a Raquel que a Lea… Vio el Señor que Lea era aborrecida, Génesis 29:30-31 (LBLH). Dios dijo: “Amé a Jacob y a Esaú aborrecí”, Malaquías 1:2-3. Dios no odiaba a Esaú, sino que daba preferencia a Jacob. Por lo tanto, el aborrecer a la familia significa amar más a Dios: “Si alguno de ustedes quiere ser mi discípulo, tendrá que amarme más que a su padre… madre, más que a su esposa o a sus hijos, y más que a sus hermanos… Ustedes no pueden seguirme, a menos que me amen más que a su propia vida, Lucas 14.26 (TLA). El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí…, Mateo 10:37. ¡Si Cristo no es amado supremamente no es amado de ninguna manera!

Volvamos a Génesis 14. Es cierto que Lot se equivocó al vivir en Sodoma, pero su tío Abraham no lo abandonó y arriesgó su vida para salvarlo. Unos cuántos hombres sin experiencia en batalla (318) enfrentaron a cuatro ejércitos y ganaron. No cabe duda de que Dios los ayudó. Y, ¿por qué lo hizo? Porque Abram era justo y tenía fe: “Mucho puede la oración insistente del justo, Santiago 5:16 (BDA2010). Una persona justa es aquella que obedece a Dios, 1ª Juan 3:7. Entonces, la clave para la efectividad de las oraciones es la vida espiritual del que ora y la perseverancia. Abraham reunía los dos requisitos: era justo pero también era insistente en su intercesión y lo sabemos por la forma en la que importunó a Dios orando por Sodoma, Génesis 19. Jesús nos ordenó “… Orar con perseverancia… hasta que la respuesta llegue, Lucas 18:1 (NT-BAD). Pablo agregó: Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo… perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca…”, Efesios 6:18 (BLA); 1ª Tesalonicenses 5:17; Romanos 12:12; Colosenses 4:2. Entonces, si arreglamos nuestras cuentas con Dios y perseveramos en hacer su voluntad Dios nos ayudará cuando acudamos a Él: El SEÑOR oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades”, Salmo 34:17 (NTV). No te rindas ante los problemas, ríndete a los pies del Señor. Que tu lema sea: ¡prohibido rendirme, confío en Dios y sigo adelante! Quizás algunos de tus familiares, al igual que Lot, estén prisioneros del enemigo debido a sus malas decisiones. No te resignes. Ponte en la brecha, intercede por ellos y gánalos para Dios con las invencibles armas del Dios todopoderoso. Solo los que prevalecen delante de Dios se llevan la bendición.

Una última reflexión. Después de una gran victoria suelen sucederse violentas tentaciones en la vida del creyente. Tal fue el caso de Abram. “Después de que Abram regresó de su victoria… el rey de Sodoma salió a encontrarse con él…”, Génesis 14:17 (NTV). El rey de Sodoma era el líder de los sodomitas de quienes la Biblia dice que eran “hijos de Belial” (Jueces 19:22, RVG); es decir, hijos del diablo, 2ª Corintios 6:15 (NTV). El diablo mismo personificado en el rey de Sodoma recibe a Abram después de su gran victoria. Evidentemente que su bienvenida y caluroso recibimiento encubría un engaño: “Dame las personas, y toma para ti los bienes”, Génesis 14:21. La propuesta consistía en entregar personas a cambio de bienes; la misma propuesta que nos hace a nosotros y que se torna casi irresistible para muchos. Reconsidera porque “la vida de los tuyos a cambio de posesiones” es un precio demasiado alto. Sin la gracia de Dios no existe posibilidad en la guerra contra las fuerzas del mal. Y esto se evidencia en el momento en que Melquisedec se encuentra con Abram. No fue cuando peleaba contra Quedorlaomer sino cuando el rey de Sodoma le salió al encuentro. Abram necesitaba una comunión más profunda y una fuerza sobrenatural para enfrentar la tentación de Belial. Y la tuvo: “Y Melquisedec… sacerdote del Dios Altísimo… bendijo a Abram con la siguiente bendición: “Bendito sea Abram por Dios Altísimo, Creador de los cielos y la tierra. Y bendito sea Dios Altísimo, que derrotó a tus enemigos por ti”, Génesis 14:18-20 (NTV). Ahora Abram era un hombre bendecido por Dios y ya no necesitaba lo que el enemigo le ofrecía. Abram rehusó ser enriquecido por el rey de Sodoma y, como resultado, Dios le dijo: “tu recompensa será grande”, Génesis 15:1 (NTV). Y vaya que lo fue. La oferta de “bienes por tu vida” sigue vigente y muchos, como el joven rico, la aceptan. Rechazó la oferta de ‘vida eterna por sus bienes’ que Jesús le ofrecía y aceptó la oferta de Belial y se fue al infierno. ¡Pésima elección! Y, nosotros, ¿qué oferta aceptaremos?