La misión de un creyente ungido 24/11/2022 #1223J
Episode 244, Nov 27, 2022, 10:32 PM
Pastor José Luis Cinalli
24/11/2022
La misión de un creyente ungido
24/11/2022
La misión de un creyente ungido
“Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos”, Marcos 16:15 (NTV).
El creyente tiene un ministerio en la iglesia y una misión en el mundo. Con nuestros dones servimos al cuerpo de Cristo. Ese es nuestro ministerio: “Según el don que cada uno recibió de Dios, sirva con él a sus compañeros…”, 1ª Pedro 4:10 (Syespañol). Ahora bien, el servicio que prestamos a Dios edificando su iglesia es bien recompensado: “… Dios no es injusto para olvidar… los servicios que prestaron y que aún prestan a los creyentes”, Hebreos 6:10 (BDA2010); Mateo 25:40. Pero también fuimos llamados a representar a Dios delante del mundo. Esa es nuestra misión: “… Saldrán a dar testimonio de mí…”, Hechos 1:8 (DHH). “Los envío a dar tu mensaje a la gente de este mundo…”, Juan 17:18 (TLA); Lucas 24:45-47. Predicar a Cristo es un gran privilegio: “… Dios nos ha otorgado la privilegiada tarea de impulsar a la gente a reconciliarse con Dios…”, 2ª Corintios 5:18 (NT-BAD). Pablo dijo: “… Dios nos ha dado… el privilegio… de anunciar por todas partes… lo que Dios ha hecho… a fin de que crean en él y lo obedezcan…”, Romanos 1:5 (NTV). En conclusión: ¡nuestro ministerio es servir a los creyentes, pero nuestra misión es servir a los no creyentes!
Fuimos impactados por el testimonio del padre de Rick Warren quien sirvió a Dios por más de cincuenta años. Debido al cáncer, las últimas semanas de su vida se las pasó delirando, hablando en voz alta en estado de somnolencia. Lo que llama la atención es que no se refirió a sus hazañas en el ejército, ni a los libros que había leído ni a las películas que había visto. Habló acerca de lo que más le importaba. Casi sin parar decía: “Tengo que salvar a uno más para Jesús”. Su hijo, que estaba escuchándolo a su lado, no hizo otra cosa que bajar la cabeza, llorar y agradecer a Dios por el legado que su padre le dejaba. Minutos antes de morir, se incorporó, puso su mano en la cabeza de su hijo y dijo: “Salva a uno más para Jesús”. Rick exclamó: “pretendo que ese sea mi lema el resto de mi vida y te invito que también sea el tuyo. Porque si sabes de algo que sea más importante que traer personas a Cristo, edificarlas en la fe, ayudarlas a encontrar su ministerio y realizar la misión en el mundo, yo lo quisiera saber. Hace ya mucho tiempo que decidí no desaprovechar mi vida. No hay nada más importante que cumplir esta misión. Nada es más importante y nada dejará un legado más grande”.
Cierta vez una anciana dijo que en el cielo lo primero que haría sería encontrarse con Jesús. “¡Qué emoción será!”, dijo. “Le diré cuánto lo amo y qué agradecida estoy por rescatarme del infierno y de las garras de Satanás. Luego buscaré a la persona que me habló acerca de Jesús. Le agradeceré intensamente su paciencia e insistencia. Finalmente buscaré a todas aquellas personas a quienes llevé a los pies de Jesucristo”. Luego se dirigió al auditorio y dijo: “Me temo que muchos creyentes no podrán tener esa hermosa experiencia debido a que nunca comparten su fe”. En los próximos 365 días morirán 54 millones de personas en el mundo y la mayoría de ellas pasarán a la eternidad sin Cristo. ¿Qué harás para que eso no suceda? ¿Habrá alguien en el cielo gracias a ti?
Veamos ahora, algunas enseñanzas espirituales acerca de este tema:
1) La iglesia ha sido llamada a predicar el evangelio. En tanto la Iglesia no cumpla con su tarea evangelística y misionera no justifica su existencia. Nuestra misión es proclamar el mensaje de salvación y llevar vida eterna a los perdidos de este mundo. “Ustedes son… un pueblo adquirido por Dios… para que anuncien las obras maravillosas de Dios…”, 1ª Pedro 2:9 (DHH). “El evangelio tiene que ser predicado a todos los pueblos”, Marcos 13:10 (Castillian); Isaías 49:6; Salmo 96:3. Pablo expresó: “Enseñar las buenas noticias… Es solo mi obligación. Y pobre de mí si no lo hago”, 1ª Corintios 9:16 (PDT). Advierte las palabras remarcadas: anuncien, prediquen, enseñen. Es cierto que el mensaje encarnado (testimonio de vida) puede ser usado por Dios para salvar a otras, pero es a través del mensaje proclamado de la cruz (palabra hablada o escrita) que el poder de Dios salva a quienes creen su contenido: “Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”, 1ª Corintios 1:21. El ejemplo del cristianismo no salva a nadie. Es el mensaje del cristianismo (el evangelio) el que tiene el poder para guiar a las personas a la salvación: “No vacilo en anunciar las buenas noticias porque son el poder que Dios usa para salvar a todos los que creen”, Romanos 1:16 (PDT). La fe que necesitamos para ser salvos “es el resultado de oír el mensaje pues para que alguien pueda oír el mensaje tiene que haber otro que le hable de Cristo”, Romanos 10:17 (PDT); 1ª Corintios 1:18. Por supuesto que debemos ser un testimonio viviente del obrar de Dios, pero nuestra principal misión es predicar a Cristo. ¿Lo estamos haciendo?
2) Dios promete su presencia, protección y bendición mientras cumplimos la Gran Comisión. “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones… Y les aseguro que estaré con ustedes siempre…”, Mateo 28:19-20 (NVI). El Señor le dijo a Pablo: “¡No tengas miedo! ¡Habla con libertad!... Pues yo estoy contigo, y nadie… te hará daño…”, Hechos 18:9-10 (NTV). Cuando Moisés tuvo la experiencia con la zarza ardiente, Dios le dijo: “Te envío al faraón… Yo estaré contigo…”, Éxodo 3:10-12 (NTV).
3) Cuando se predica el evangelio hay una explosión de poder. “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones… Y yo… estaré con ustedes siempre…”, Mateo 28:19-20 (NVI). “Los discípulos... salieron a anunciar por todas partes las buenas noticias… El Señor Jesús los acompañaba y los ayudaba por medio de señales milagrosas...”, Marcos 16:20 (TLA). Leamos de corrido: “vayan... estaré con ustedes... los discípulos salieron... el Señor… los acompañaba y los ayudaba por medio de señales milagrosas”. Qué claro está todo: ¡la manifiesta presencia de Dios se promete en un contexto de evangelización! ¿Quieres ver milagros? Predica a Jesús. ¿Quieres experimentar la unción y la llenura del Espíritu? Comparte a Cristo. ¡El poder del evangelio sigue a la predicación!
4) ¡El método bíblico para ser feliz y hacer feliz a Dios es traer ovejas a Su redil! “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu…”, Lucas 10:21 (RV 95). ¿En qué hora? En la que sus discípulos salieron a predicar, Lucas 10:1. No hay nada que honre más a Dios y lo haga tan feliz como la evangelización: “Hay… alegría en el cielo por un pecador… que se arrepiente…”, Lucas 15:7 (NTV). Ahora bien, la alegría de Dios termina convirtiéndose en nuestra alegría. Cuando los discípulos volvieron de anunciar las buenas noticias “… regresaron muy contentos…”, Lucas 10:17 (TLA). Mientras se anunciaba el evangelio en Samaria “hubo mucha alegría en esa ciudad”, Hechos 8:8 (NTV). En conclusión, cuando hacemos que una persona se reconcilie con Dios todo el mundo está feliz: el arrepentido, el que le presenta el evangelio y sobre todo el Señor.
5) La evangelización es un método de defensa espiritual. En el mismo momento en que los discípulos predicaban, Jesús veía caer a Satanás y los demonios se postraban a los pies de los apóstoles, Lucas 10:17. La evangelización es la mejor manera de vencer las fuerzas demoníacas. Efesios 6:15 dice: “Calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz”. ¡El creyente más victorioso es aquel que testifica! Pablo destaca que la evangelización es una estrategia de protección para el cristiano. Mientras más comparte a Cristo, más seguro y protegido estará. ¿Estás protegido?
Conclusión. El mensaje que proclamamos tiene implicancia eterna. Si las personas no creen en Jesús se pierden para siempre. Y Dios cuenta con nosotros para anunciar esa gran noticia. Si no predicamos la gente será condenada y Dios nos hará responsables por esas pérdidas. Dios le dijo a Ezequiel: “Yo te he puesto por atalaya… Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad… él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma”, Ezequiel 3:17-19. Si Ezequiel no les advertía a las personas de que se vuelvan de sus malos caminos, Dios demandaría de él la sangre de esas personas. Pero si obedecía libraría su alma, Ezequiel 3:19. ¿Significa esto que quien no predica compromete su salvación eterna? No nos atrevemos a ser categóricos, pero de algo estamos seguro: ¡la consecuencia por no obedecer el mandamiento de predicar no es una nimiedad! Es un hecho de que el pasaje alude a consecuencias que no son simplemente temporales o terrenales. Que un santo pavor y temor venga a nuestras vidas y comencemos a hacer lo que hemos sido llamados a hacer: ¡predicar el evangelio de Cristo a este mundo necesitado!