Escuela de profetas 27/11/2022 #1224
Episode 243, Nov 27, 2022, 09:51 PM
1224. Pastor José Luis Cinalli – 27/11/2022
Escuela de profetas
“El que permanece unido a mí… produce mucho fruto… El que no permanece unido a mí, es arrojado… al fuego para ser quemado”, Juan 15:5-6 (BDA2010).
Desde que las mujeres de Israel le cantaron a David por su victoria contra Goliat Saúl le tuvo envidia, 1º Samuel 18:9. La envidia es una saeta incendiada que “viene del demonio…” (Santiago 3:15, PDT) y si no la detenemos a tiempo se clava en nuestro corazón y nos arrastra al infierno. Saúl estaba convencido que mientras en Israel se mencionara el nombre de David, él no tendría paz; entonces, movilizó el ejército nacional para capturarlo. Y, ¿qué hizo David? Huyó. ¿A dónde? “… A Ramá para ver a Samuel… Entonces Samuel llevó a David a vivir con él en Naiot”, 1º Samuel 19:18 (NTV). David fue deliberado a la hora de escoger las personas que lo acompañarían en su vida y ministerio. Tan sabio fue en elegir su círculo íntimo que su primer consejero y mentor fue el profeta Samuel. Tan solo imagina lo provechoso que debe haber sido para él vivir en la casa del profeta. David debe haber sido uno de los primeros bendecidos por la pluma inspirada de Samuel. Además es muy probable que haya sido alumno en la escuela de profetas, fundada y dirigida por el mismo Samuel, 1º Samuel 19:20. David se preparó a los pies de uno de los más grandes profetas, estudiando en una de las más ungidas escuelas. Y es muy probable también que haya estudiado junto a Gat y Natán, profetas que tendrían un alto impacto en su futuro reinado. No soslayes la importancia de la elección del círculo íntimo. Ya que los sueños que Dios tiene para tu vida son ilimitados, deberás aprender a identificar a las personas que te acompañarán. Si desarrollas una relación íntima con Dios tendrás la sabiduría de David y serás guiado en la elección como ocurrió con Gedeón. ¿Recuerdas la historia? Dios le dijo que escogiera solo a aquellos soldados cuyos corazones estuvieran inflamados de pasión por Dios y su misión, al punto de no escatimar esfuerzos para cumplir ese propósito. Sigue el ejemplo de David y de Gedeón y déjate influenciar por personas espiritualmente maduras. “Júntate con sabios y obtendrás sabiduría; júntate con necios y te echarás a perder”, Proverbios 13:20 (DHH). ¡Esto no es un juego! Tu vida, familia y ministerio podrían ser arruinados si te asocias con personas equivocadas.
¿Cuál era el fundamento de la sabiduría de David? ¡Su relación con Dios! David desarrolló intimidad con Dios en el desierto, mientras cuidaba las ovejas de su padre. David aprendió a lidiar con la soledad. Fue a través de ella que se acercó a Dios. Como no tenía con quién hablar, hablaba con Dios. ¡Y Dios hablaba con él! David aprendió a depender de Dios y fue por eso que Dios lo escogió. Qué gran contraste con Saúl. Él nunca habló con Dios, nunca se preocupó por el arca y muchos menos por los consejos del profeta Samuel. ¿Estás solo? ¿Te sientes solo? Ánimo, estás frente a la misma oportunidad que tuvo David: convertirte en amigo de Dios. Si lo haces, al igual que David, Dios te tendrá en cuenta para sus más elevados propósitos. Recuérdalo siempre: ¡mientras aprendas a depender de Dios tendrás la disposición para ser una persona ungida!
Otra gran lección que David aprendió en la escuela del profeta fue la sujeción y obediencia a las autoridades delegadas por Dios. Samuel le enseñó a no mover un dedo contra su rey y, como resultado, David nunca hizo o dijo algo que comprometiera o manchara la reputación de Saúl. Además aprendió uno de los requisitos indispensables de un líder conforme al corazón de Dios: ¡nunca se aprovechó de su liderazgo para beneficio personal! “¿Qué requiere el SEÑOR… de ti? Solo… que temas al SEÑOR… que vivas de la manera que le agrada y que lo ames y lo sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma…”, Deuteronomio 10:12 (NTV). El que se queda con los beneficios que le pertenece a Dios, tarde o temprano será reemplazado en el liderazgo.
En la escuela del profeta Samuel David aprendió también que nada puede reemplazar la comunión con Dios. Cuando Saúl supo que David estaba en Ramá “envió tropas para capturarlo”, 1º Samuel 19:20 (NTV). Pero “cuando llegaron… el Espíritu de Dios vino sobre… ellos… y comenzaron a profetizar”, 1º Samuel 19:20 (NTV). La misma experiencia tuvieron todos los soldados que Saúl enviaba, 1º Samuel 19:20-21. Finalmente el mismo Saúl quiso ver lo que sucedía y también él “se puso a profetizar… y estuvo así todo el día y toda la noche…”, 1º Samuel 19:24 (BDA2010). Lo realmente llamativo es lo que pasó después. Pese a haber tenido una experiencia sobrenatural con Dios, todos terminaron alejándose de Él. Ver o experimentar milagros, tener una o varias experiencias sobrenaturales con Dios no es suficiente para llegar al cielo. Lo que precisamos más que cualquier otra cosa es cultivar una relación íntima y personal con Él todos los días de nuestra vida. No se trata de un encuentro con Dios sino de una vida de encuentros con Dios. Saúl tuvo una experiencia con Dios única: 24 horas de adoración en el Espíritu, pero terminó practicando el espiritismo y tocando las puertas del infierno, 1º Crónicas 10:13. Caín escuchó a Dios y habló con Dios pero no fue suficiente para mantener su filiación celestial y se convirtió en “hijo del diablo”, 1ª Juan 3:12 (TLA). Judas vivió rodeado de una atmósfera de milagros y caminó con el hijo de Dios por más de tres años, pero terminó poseído cuando “Satanás entró en él”, Juan 13:27. Y, ¿qué decir de Salomón? Dios se le apareció dos veces, 1º Reyes 9:2. En la primera Dios le prometió sabiduría, honor y riquezas. Dos décadas después Dios se le apareció otra vez y le hizo una advertencia: “Si caminas en mi presencia con pureza y rectitud de corazón… cumpliendo todo lo que te he mandado… afirmaré para siempre el trono de tu realeza… y tendrás siempre a uno de tus descendientes en el trono de Israel”, 1º Reyes 9:4-5 (BDA2010, BLA). Pensemos en lo siguiente. Salomón ya tiene 20 años de servir fielmente a Dios. Ha dedicado mucho tiempo y ha logrado mucho para Dios. Quizás haya pensado que era suficiente y que lo que sucediera en adelante ya no importaba. Sin embargo, no fue eso lo que le dijo Dios. De hecho, de aquí en adelante Salomón sufrirá la mayor caída: “Cuando Salomón era viejo… fue devoto de Astarté, diosa de los sidonios. También adoró a Moloc, el ídolo horrible de los amonitas. Así que Salomón hizo mal ante los ojos del Señor y no lo siguió de todo corazón como lo había hecho su papá David…”, 1º Reyes 11:4-6 (NTV). Es trágico que el hombre usado por Dios para construir el templo en Jerusalén construyera también una infraestructura para que los poderes demoníacos establecieran su control en Israel. Pero ninguno de esos ídolos a quién él le construirá templos y le servirá se le habían aparecido. Entonces, la gran gracia de tener dos apariciones de Dios le servirá para aumentar su culpa por ignorar el llamado a la fidelidad.
La fidelidad y la intimidad con Dios implican perseverancia. Salomón ignoró el consejo de su Padre: “Hijo mío, aprende a conocer íntimamente al Dios de tus antepasados. Adóralo y sírvelo de todo corazón… Si lo buscas, lo encontrarás; pero si te apartas de él, te rechazará para siempre. De modo que toma esto en serio”, 1º Crónicas 28:9-10 (NTV). Incluso más, Salomón ignoró la advertencia que Dios mismo le había hecho: “Si caminas delante de mí… afirmaré para siempre el trono de tu realeza en Israel…”, 1º Reyes 9:4-5 (BLA). ¿Lo ves? No se trata de caminar con Dios una temporada, al igual que Enoc necesitamos caminar con Dios todos los días de nuestra vida. Los apóstoles caminaron con Jesús por más de tres años. Vieron sanar a los ciegos, resucitar muertos y calmar tempestades. Sin embargo, Pedro negó a Jesús y los demás los abandonaron. Los soldados que arrestaron a Jesús cayeron en tierra cuando lo vieron, pero luego se pusieron de pie y lo crucificaron. Al salir de Egipto Israel vivió en medio de grandes milagros. Sin embargo, hicieron un becerro de oro y lo adoraron, Éxodo 32. ¿Cómo es posible que tres meses después de salir de Egipto y habiendo visto tantos milagros, se hayan apartado de Dios para cometer el terrible pecado de la idolatría? La explicación es sencilla. Se acostumbraron a vivir en una atmósfera sobrenatural y se olvidaron de cultivar una relación personal con Dios. Y lo sabemos porque Dios los invitó muchas veces a tener comunión con Él, pero ellos preferían que Dios hablara con Moisés,Éxodo 20:19.
Conclusión. Es posible ver milagros, vivir rodeados de milagros e incluso hacer milagros y terminar en el infierno: “… El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos…, expulsamos demonios… e hicimos muchos milagros…”. Pero yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí…”, Mateo 7:21-23 (NTV). Saúl, Salomón, Judas y tantos otros caminaron con Dios, pero no hasta el final. Conocieron a Dios pero no perseveraron en esa relación y terminaron en el infierno. Por eso Jesús nos da la clave: vivir una vida de intimidad con Dios. “El que no permanece unido a mí, es arrojado… al fuego para ser quemado”, Juan 15:6 (BDA2010). ¡Lo único que realmente influye en la transformación es una vida de intimidad con Dios!