Dios, ¿qué otro dios es más poderoso? 9/10/2022 #1217

Episode 232,   Oct 09, 2022, 08:21 PM

Pastor José Luis Cinalli
9/10/2022
Dios, ¿qué otro dios es más poderoso?

“… El Señor es el verdadero Dios. No hay ningún otro Dios aparte de él, Deuteronomio 4:35 (PDT).

“… Existe un único Dios…”, Romanos 3:30 (NT-AF). Dios es únicamente uno. Y, ¿quién puede hacerle frente? Todos aquellos que lo intentaron fueron humillados, aplastados y derrotados. “¡Poderoso es tu brazo!... Tu mano derecha se levanta en alto con gloriosa fuerza.”, Salmo 89:13 (NTV). ¿Recuerdas lo que hicieron los filisteos con el arca que les robaron a los israelitas? La metieron en el templo del dios Dagón, colocándolo junto al dios”, 1º Samuel 5:2 (DHH). Pusieron el arca del Señor bajo la custodia principal del ‘gran dios’ Dagón. Ahora tenían un nuevo ‘dios’ que exhibían orgullosos en la vitrina de dioses conquistados. Pero la presunción duró un ratito. A la mañana siguiente los sacerdotes de Dagón encontraron su “¡estatua… caída boca abajo delante del arca del SEÑOR! Así que levantaron a Dagón… Pero… al día siguiente sucedió lo mismo… Dagón había caído boca abajo frente al arca del SEÑOR… Su cabeza y sus manos se habían quebrado… solo el tronco de su cuerpo quedó intacto”, 1º Samuel 5:3-4 (NTV). Los filisteos creyeron que su ‘dios’ había vencido al Dios de los hebreos. Sin embargo, muy pronto reconocieron que ‘dagoncito’ era inútil e inofensivo, al punto que ni a sí mismo podía cuidarse. Al igual que con los dioses egipcios Dios ajustició y sometió al principal ‘dios’ filisteo: “Si de comparar fuerzas se trata, ¡Dios es más poderoso!”, Job 9:19 (TLA). Dagón era un ídolo que se hacía pasar por dios. Y sabemos que detrás de los ídolos están los demonios recibiendo adoración, 1ª Corintios 10:19-20. La reiterada escena de Dagón postrándose ante el arca del Señor constituía la manifestación visible de una verdadera guerra de dioses en el mundo espiritual. Dagón estaba siendo ‘cacheteado’ por el Dios de los israelitas. Los mismos filisteos reconocieron que su pequeño, insignificante e irrelevante diosito no podía con el ÚNICO, GRANDIOSO Y TOPODEROSO DIOS DEL UNIVERSO. Dios… nos está castigando… duramente, tanto a nosotros como a Dagón, nuestro dios, 1º Samuel 5:7 (DHH). El único y verdadero Dios hizo postrar a Dagón ante el arca y luego lo hizo pedazos. “Dios es tan… tan poderoso. ¿Quién lo ha desafiado alguna vez con éxito?”, Job 9:4 (NTV).

Ahora bien, si los filisteos reconocieron que el Dios de los hebreos era más poderoso que su dios Dagón, ¿por qué no lo adoptaron como Dios de toda la nación? Prefirieron quedarse con el enclenque, endeble, blandengue, pequeñísimo, intrascendente e insignificante diosito Dagón y se deshicieron del FUERTE, ALTÍSIMO, SUPREMO, EXCELSO Y TODOPODEROSO DIOS: “Llévense… el arca del Dios de Israel. Devuélvanlo a su lugar…”, 1º Samuel 5:11 (DHH). El hecho de que los pecadores no se sientan cómodos con la presencia de Dios no es nada nuevo. En Betel algunas personas idólatras despreciaron a Dios gritándole a su siervo Eliseo: “¡Vete de aquí, viejo calvo!”, 2º Reyes 2:23 (NTV). En Samaria al profeta Amós le dijeron: “¡Vete de aquí, profeta! ¡Regresa a la tierra de Judá y gánate la vida profetizando allí!”, Amós 7:12 (NTV). Los gadarenos “le suplicaron a Jesús que se fuera y los dejara en paz…”, Lucas 8:37 (NTV). Finalmente, Pedro le dijo a Jesús: “… Aléjate de mí, soy demasiado pecador para estar cerca de ti”, Lucas 5:8 (NTV). Qué cosa extraña. Pedro se siente incómodo con la presencia de Jesús y le pide que se aleje. Aunque al principio cayó de rodillas, no fue para decirle “te adoro” sino que le diera espacio y lo dejara solo. ¿Por qué reaccionó de esa manera? ¡Porque los hombres pecadores no se sienten cómodos en la presencia de lo santo!

La gente quiere un ‘dios’ que no los moleste y que no interfiera con sus pecaminosas vidas. El pecado siempre aparta a los hombres de su Creador: Se mantienen alejados de Dios, porque no quieren obedecerlo…”, Job 21:14 (TLA). La desgracia que cayó sobre los filisteos fue tan grande que “los gritos de la ciudad llegaban hasta el cielo”, 1º Samuel 5:12 (DHH). Pero entiéndase bien. No era un clamor de sometimiento, no eran gritos que convierten el alma. Los filisteos querían a Dios, ¡pero bien lejos! Preferían quedarse con sus arruinadas vidas antes que aceptar las exigencias de nuevo Dios. Existe algo aún más desconcertante. Después de siete meses de sufrimiento inenarrable los filisteos consultaron a brujos y adivinos para saber qué hacer con el arca del Señor. La respuesta es asombrosa: “Devuelvan el arca… Envíen una ofrenda… para demostrar… respeto al Dios de Israel. Tal vez entonces él deje de afligirlos a ustedes, a sus dioses y a su tierra. No sean tercos… como lo fueron faraón y los egipcios. Cuando Dios terminó con ellos, estaban deseosos de dejar ir a Israel”, 1º Samuel 6:3-6 (NTV). Los siervos de Satanás reconocen que no existe posibilidad alguna contra el Dios de los hebreos. Son conscientes del gran poder que tiene para afligirlos a ellos y a sus dioses. Tienen muy presente lo que pasó en Egipto. En su insensatez, el Faraón y su panteón de dioses midieron fuerzas con el Todopoderoso Dios de los hebreos y recibieron una paliza ejemplar. Ahora bien, una cosa es reconocer el poderío y la fuerza de Dios y otra muy diferente es someterse a su autoridad. Los adivinos, brujos y hechiceros reconocieron que Dios era superior a Dagón, pero no hablaron nada de someterse a Él. El consejo tenía como propósito detener la ira de Dios, pero no la de someterse a su autoridad. El ofrecimiento de un Dios Salvador sin ser Señor es común hoy en día. Comodidad sin sacrificio; felicidad sin arrepentimiento y, bendición sin obediencia, forma parte del evangelio light o descafeinado que se ofrece en muchos púlpitos cristianos. Ese ‘dios’ de muchas ofertas es muy demandado. Incluso más, la gente simpatiza con esos diosecitos callejeros en forma de ídolos porque prometen bendición a cambio de nada. La oferta de un ‘dios’ bendecidor que no pide cuentas de nuestros actos es muy tentadora, pero cuidado porque te lleva al mismo infierno. ¿Eres acaso un filisteo más que ve a Dios solo como ingrediente barato de una buena vida?

En su afán de terminar con la desgracia los filisteos trasladaron el arca de una ciudad a otra hasta que finalmente la dejaron en Ecrón. Esa ciudad tenía su propio dios, uno muy famoso llamado Belcebú. Este ‘dios’ era temido y respetado por todos; incluso, por los israelitas: “Ocozías se cayó por el balcón… y quedó malherido. Entonces despachó… mensajeros con este encargo: –Vayan a consultar a Belcebú (o Baal mosca en la versión Septuaginta), dios de Ecrón, a ver si me sano de estas heridas. Pero el ángel del Señor dijo a Elías… –Sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria y diles: ¿Acaso no hay Dios en Israel, para que ustedes vayan a consultar a Belcebú, dios de Ecrón? Por eso… no te levantarás de la cama donde te has acostado. Morirás sin remedio”, 2º Reyes 1:2-4 (BNP). ¿Quién era Belcebú? El mismísimo Satanás. ¿Cómo lo sabemos? Porque la Biblia lo dice. Los fariseos acusaron a Jesús de estar poseído por Belcebú, el príncipe de los demonios: ¡Beelzebú está con él!... Está poseído por Satanás…”, Marcos 3:22a (PDT) y 22b (NTV). ¿Lo ves? Belcebú es el ‘señor´ del mundo demoníaco que en aquellos tiempos tenía su guarida en Ecrón. Ocozías maldijo su vida al consultarlo y la misma suerte corre aquel que incursiona en el mundo ocultista. Si quieres ser libre de la influencia demoníaca, solo hay un camino: Jesús. Él te sanará y te liberará de las ataduras del infierno y te dejará limpio de inmundicia. Lleva una vida consagrada para amar, vivir y obedecer a Dios día a día y Él siempre te protegerá.

Una reflexión final. Dios arremetió y destruyó a Ecrón junto con su dios Belcebú, Amós 1:8. El autor sagrado ridiculiza a este diosito llamándolo príncipe de las moscas. Belcebú significaba Príncipe. La única cosa a la que podía aspirar este falso dios era a ser príncipe de las moscas. Y aunque ya había sido ‘cacheteado’ por Dios cuando fue arrojado desde el cielo en el principio de los tiempos, ahora vuelve a recibir una paliza ejemplar en su propio búnker. Testarudo como es, no se da por vencido y aparece de nuevo en el N.T. haciéndose pasar por príncipe de los demonios. Hermanos y amigos, este ‘principito’ podrá creérsela y podrá hacerle creer a muchos de que es poderoso, pero la pura verdad y la verdad verdadera es ésta: el diablo es un alfeñique e insignificante ser creado al que Dios le tiene reservado un lugar de tormento eterno llamado lago de fuego o infierno. Qué esperanzador es todo esto. Todo el panteón de diosecitos filisteos, incluyendo a su ‘dios’ principal Belcebú quedó reducido a nada cuando se enfrentaron al GRANDÍSIMO Y TODOPODEROSO DIOS. ¿Le tienes miedo al diablo? ¿Estás preocupado por algún trabajo ocultista que te hayan hecho? Deberías, si estás en desobediencia a Dios. De lo contrario, duerme tranquilo porque de la misma manera que el diablo no pudo con Dios, tampoco podrá con aquellos que son sus hijos: “… El que… no está en pecado: Jesucristo… lo protege, y el maligno no llega a tocarlo, 1ª Juan 5:18 (NVI).