10 maneras incorrectas de orar 21/7/2022 #1210
Episode 221, Aug 21, 2022, 11:40 PM
Pastor José Luis Cinalli
21/7/2022
10 maneras incorrectas de orar
21/7/2022
10 maneras incorrectas de orar
La gente piensa que la oración es un asunto personal y que no importa cómo se ora, con tal que seamos sinceros. Sin embargo, la verdad es otra. Dios solo escucha y responde la oración que se hace correctamente: “Ustedes deben orar así… de esta manera…”, Mateo 6:9 (PDT, LBLA). Orar de otra manera que no sea la que Jesús estableció es orar en vano. Veamos algunas maneras incorrectas de orar:
1) Orar en desobediencia. “Dios rechaza las oraciones de los que no lo obedecen”, Proverbios 28:9 (TLA). “Obedécelo… y… Él siempre responderá tus peticiones…”, 1º Crónicas 28:9 (TLA). “Si… obedecen mis mandamientos, pueden pedir cuanto quieran, y les será concedido”, Juan 15:7 (NT-BAD). “… Recibiremos de él todo lo que le pidamos porque lo obedecemos y hacemos las cosas que le agradan”, 1ª Juan 3:22 (NTV). El pecado no confesado y, del cual no nos hemos arrepentido, es el estorbo más grande a nuestras oraciones. Dios dijo: “Si mi pueblo… se arrepiente… yo lo escucharé…”, 2º Crónicas 7:14 (BDA2010); Salmo 66:18. ¡La confesión sincera hace que las oraciones empiecen a ser escuchadas!
2) Orar sin fe. “Ustedes pueden orar por cualquier cosa y, si tienen fe, la recibirán”, Mateo 21:22 (NTV). “Hay que pedir con fe, sin vacilar…”, Santiago 1:6 (BLA). ¡Pedir sin fe es un insulto a Dios!
3) Orar sin haber perdonado. “… Cuando oren, perdonen a los que les hayan hecho algo, para que el Padre… les perdone a ustedes sus pecados…”, Marcos 11:25 (NT-BAD). ¡La falta de perdón es un dique que detiene el río de la bendición de Dios!
4) Orar en desacuerdo matrimonial. “Esposos, cuiden a sus esposas… si no las tratan como es debido, sus oraciones no recibirán… respuestas”, 1ª Pedro 3:7 (NT-BAD). No se puede orar bien viviendo mal. ¡El maltrato en la relación de pareja estorba la bendición del cielo!
5) Orar sin mencionar el nombre de Jesús. “… Mi Padre les dará cualquier cosa que le pidan en mi nombre… Pidan en mi nombre y recibirán…”, Juan 16:23-24 (PDT, NTV). ¡El nombre de Jesús otorga poder para hacer cosas extraordinarias!
6) Orar sin perseverar. “La súplica del justo tiene mucho poder con tal de que sea perseverante”, Santiago 5:16 (BLA). Si supiéramos que nuestras oraciones serían contestadas a la hora siguiente de hacerlas nuestros pantalones estarían llenos de agujeros en las rodillas. Sin embargo, como generalmente la respuesta no llega inmediatamente, nos desalentamos y dejamos de orar. La Biblia dice: “Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora… Entonces recibirán todo lo que él ha prometido”, Hebreos 10:36 (NTV).
7) Orar sin agradecer. “Vayamos a su encuentro con acción de gracias…”, Salmo 95:2 (Castillian). Así como somos rápidos para pedir deberíamos serlo para agradecer. Reconoce las bendiciones recibidas. No subestimes el haberte levantado con vida hoy o el de tener una familia. Ropa, comida, techo y descanso son grandes bendiciones. ¿Y qué decir de tener una iglesia a la que asistir, una Biblia para leer o la oportunidad de adorar a Dios sin ser perseguido? Repasa tus bendiciones y no te olvides de enviar un ‘acuse de recibo’ al cielo a través de una oración de gratitud.
8) Orar sin tener en cuenta los intereses de Dios. “… Piden y no reciben, porque piden mal… piden con la torcida intención de malgastarlo en sus propios caprichos”, Santiago 4:3 (BDA2010 y BLPH). Nos gusta oír que podemos tener cualquier cosa que pidamos, pero Jesús nos enseñó a orar en primer lugar por los intereses y la gloria de Dios, Lucas 11:2. Y, ¿cuáles son sus intereses? Su gloria, su iglesia y la extensión de su reino. ¡El que ora por todo esto ora bien!
9) Orar sin tener en cuenta la voluntad de Dios. “… Él nos escuchará cuando le pidamos algo que esté de acuerdo con su voluntad”, 1ª Juan 5:14 (NT-BAD). Y, cuando no conozcamos su voluntad para una situación específica pidámosle al Espíritu Santo que nos la revele. Pidamos conforme a su voluntad, pero también oremos para que se haga su voluntad: “… Hágase tu voluntad… en la tierra”, Lucas 11:2. Jesús buscó siempre estar en el centro de la voluntad del Padre. En el Getsemaní dijo: “… Padre… si no es posible evitar que yo beba este trago amargo, hágase tu voluntad”, Mateo 26:42 (BAD). En otras palabras: “si lo que voy a pedir no es tu voluntad no me lo concedas”. Hay personas obsesionadas con obtener una ciudadanía, lograr una carrera, hacerse de un nombre, iniciar un negocio, formar una pareja, cambiar de trabajo o vivir en un país diferente. Incluso muchas están dispuestas a cualquier cosa para tener un hijo. Pero, ¿quién puede saber si realmente es lo mejor para tu vida o si es el tiempo en que debes tenerlas? Ya que “no somos capaces de planear nuestro propio destino” (Jeremías 10:23, NTV), ¿no sería mejor dejar que Dios lo haga? “Nadie sabe cuál será su futuro; por eso debemos dejar que Dios dirija nuestra vida”, Proverbios 20:24 (TLA). Aprendamos de los errores ajenos. ¿Qué obtuvo Israel al pedir insistentemente un rey en contra de la voluntad de Dios? La mejor manera de orar es pedirle a Dios “hágase tu voluntad” (Mateo 6:10) y que prevalezcan sus planes y no los nuestros. De esta manera honraremos a Dios y, además estaremos haciendo lo mejor para nosotros mismos.
10) Orar sin tener en cuenta las necesidades espirituales. La mayoría de nuestras oraciones son peticiones por necesidades físicas, terrenales, pasajeras y temporales. Sin embargo, Jesús nos enseñó a orar solo por el pan de cada día y a priorizar, en cambio, las necesidades espirituales: “Perdona nuestros pecados… Y no nos hagas entrar… en tentación, más líbranos del malo… del maligno”, Lucas 11:4 (NT Peshitta; RV 1909; NT-NV). Nadie escapa a este gran error, ni siquiera el padre de la fe. Abraham intercedió delante de Dios para que su sobrino Lot fuera librado de los problemas que él mismo se había buscado al vivir tan cerca de Sodoma. En contra de la voluntad de Dios, Lot se fue a vivir a la ciudad de pecado demostrando así su paupérrima condición espiritual. Cuando la ciudad fue invadida por Quedorlaomer Lot y su familia fueron llevados cautivos. Con la ayuda de Dios Abraham lo rescató (Génesis 14:16). Sin embargo, tiempo después volvió a vivir en allí (Génesis 19) y terminó siendo igual que los perversos sodomitas. Cuando aquellos degenerados rodearon su casa con la intención de tener sexo con los ángeles Lot salió de la casa y les ofreció a sus hijas vírgenes, Génesis 19:8. Abraham le pidió a Dios para que fuera librado de la destrucción repentina y Dios contestó su oración: “Dios había escuchado la petición de Abraham y salvó la vida de Lot…”, Génesis 19:29 (NTV). ¿Oró Abraham de la mejor manera? A veces pensamos que evitar un problema o, salir rápidamente del sufrimiento es lo mejor. Pero, ¿no suele utilizar Dios las dificultades de esta vida para bendecirnos? Aunque Dios contestó la oración de Abraham Lot no recibió ningún beneficio espiritual ni eterno de esa oración. Solo fue librado del fuego que cayó del cielo, pero Lot siguió tan lejos de Dios como antes. Peor aún, terminó sus días en una cueva, borracho y en una relación incestuosa con sus hijas. ¿Cuál era realmente el problema de Lot? ¿Las dificultades de esta vida o su alejamiento de Dios? Nuestra mayor necesidad no es física sino espiritual. Necesitamos volvernos a Dios, amarlo y respetarlo. Cuando eso suceda muchos de nuestros problemas se resolverán y otros nunca llegarán. Procuremos el bienestar espiritual en primer lugar. Empujemos a nuestra familia a honrar y temer a Dios y veremos qué diferente es la vida. No cometamos el mismo error de Abraham. Hubiera orado mejor si le pedía a Dios por la vida espiritual de su sobrino, dejando que Dios obrara de la mejor manera. Su oración no le sirvió de mucho. El final de Lot es muy triste. No solo acabó sus días viviendo en una cueva sino que los hijos que le nacieron de la relación incestuosa con sus hijas fueron Moab y Ben ammi. Ellos llegaron a ser los fundadores de las naciones enemigas de los descendientes de Abraham; los moabitas y los amonitas. Los moabitas fueron responsables más tarde de la peor seducción carnal en la historia de Israel (Números 25); mientras que los amonitas fueron responsables de los sacrificios humanos dedicados a Moloc. Si Abraham hubiera orado conforme a la voluntad de Dios el final hubiera sido muy diferente y todo Israel se lo hubiera agradecido. Aprendamos la lección: la oración tiene poder, por eso cuidado cómo oramos.