El diablo también se enamora - 01/03/2020 #1081
Episode 83, Mar 02, 2020, 12:44 AM
José Luis Cinalli
1/3/2020
El diablo también se enamora
“… Vi… las almas de los que habían sido asesinados por predicar la palabra de Dios…”, Apocalipsis 6:9 (CST). “… Y vi con vida a los que habían sido asesinados por haber… proclamado la palabra de Dios… Todos… recobraron la vida y reinaron con Cristo mil años”, Apocalipsis 20:4 (BLPH).
Juan vio en el cielo a quienes fueron asesinados por predicar la palabra de Dios. Tiempo después los vuelve a ver pero resucitados. Los que murieron por Cristo revivieron para reinar con Él. Se les concedió una posición privilegiada al lado de Cristo y se les permitió gobernar con Él en su reino milenial. Ahora bien, no olvidemos que el que ve las almas de las personas muertas por predicar la palabra de Dios es Juan, quien está preso por predicar la palabra: “… Me exiliaron… por predicar la palabra de Dios…”, Apocalipsis 1:9 (NTV). No solo Juan sino que todos los apóstoles sufrieron la persecución. Los líderes religiosos estaban “enfurecidos… porque… predicaban sobre… Cristo”, Hechos 4:2 (NT-Pesh). “Vamos a amenazarlos, para que de aquí en adelante no hablen del nombre de Jesús a nadie”, Hechos 4:17 (DHH). Advierte este hecho: los apóstoles son perseguidos y castigados por predicar, no por creer en Cristo. El propósito del diablo sigue siendo el mismo hoy en día: silenciar a los creyentes para que el evangelio no sea divulgado. Satanás pensó que persiguiendo, azotando, encarcelando y matando a los cristianos lograría silenciarlos. Pero su estrategia no dio resultado. Los creyentes predicaban con mayor denuedo: “… Oh Señor, escucha sus amenazas y danos… mucho valor al predicar tu palabra… Y predicaban con valentía la palabra de Dios”, Hechos 4:29-31 (NTV). ¿Puedes creerlo? En lugar de acobardarse, se encendían aún más. Compartir a Cristo era una experiencia tan cotidiana para los primeros cristianos como lo era la adoración. Sin embargo, con el tiempo, perdieron el enfoque y comenzaron a practicar la fe de puertas hacia adentro olvidándose de su principal misión: la evangelización mundial.
¿Qué es lo que la iglesia tiene para ofrecer a este mundo perdido? ¿Mejorar la educación, la salud o la política? ¿Apoyar el servicio social? ¿Hacer obras de caridad? Todos estos son efectos secundarios. La principal responsabilidad de la iglesia es predicar la palabra de Dios. Es cierto que Dios llama a muchas personas a integrarse a la vida social y política de la sociedad, pero solo con el propósito de ser luz en ese lugar. La iglesia no ha sido llamada a educar al mundo sino a predicarle. Nuestra misión es proclamar el mensaje de salvación y llevar vida eterna a los perdidos de este mundo. Jesús dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos”, Marcos 16:15 (NTV). “…Le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes”, Hechos 1:8 (NTV). “Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con Él”, 2ª Corintios 5:18 (NTV). “Ustedes son… un pueblo adquirido por Dios… para que anuncien las obras maravillosas de Dios…”, 1ª Pedro 2:9 (DHH). “El evangelio tiene que ser predicado a todos los pueblos”, Marcos 13:10 (Castillian). “Te pongo… como luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”, Isaías 49:6 (BAD). “Anuncien sus gloriosas obras entre las naciones…”, Salmo 96:3 (NTV). Pablo expresó: “Enseñar las buenas noticias… Es solo mi obligación. Y pobre de mí si no lo hago”, 1ª Corintios 9:16 (PDT). Advierte las palabras remarcadas: prediquen, hablen, cuenten, anuncien, enseñen. Es cierto que el mensaje encarnado en una persona (testimonio de vida) puede ser usado por Dios para salvar a otras, pero es a través del mensaje proclamado de la cruz (palabra hablada o escrita) que el poder de Dios salva a quienes creen su contenido: “Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”, 1ª Corintios 1:21. ¿De dónde vino esa idea de que tenemos que predicar solo con nuestro testimonio? El ejemplo del cristianismo no salva a nadie. Es el mensaje del cristianismo (el evangelio) el que tiene el poder para salvar: “No vacilo en anunciar las buenas noticias porque son el poder que Dios usa para salvar a todos los que creen”, Romanos 1:16 (PDT). La fe que necesitamos para ser salvos “es el resultado de oír el mensaje pues para que alguien pueda oír el mensaje tiene que haber otro que le hable de Cristo”, Romanos 10:17 (PDT). “El mensaje de la cruz… es el poder de Dios”, 1ª Corintios 1:18 (PDT). Por supuesto que debemos vivir bien la vida cristiana y ser de testimonio. Pero no olvidemos que la principal misión de la iglesia es predicar a Cristo. ¿Lo estamos haciendo? ¿Nos sentimos culpables por no obedecer? ¿Agradaremos a Dios al no compartir el mayor tesoro que tenemos? ¡Que vuelva el amor a los perdidos!
El evangelio que enseña a que prediquemos únicamente con nuestro testimonio es el del diablo. Y los líderes religiosos que vivieron en la época de Jesús fueron los primeros en anunciarlo. ¿A quién? A los apóstoles. En ningún momento se les ordenó abandonar la fe cristiana. No les pedía que dejaran su testimonio cristiano y se conviertan en delincuentes. Nada de eso. Solo se les ordenaba que no predicaran. Es que el diablo está enamorado de las almas de las personas y hará todo lo posible para sigan bajo su poder. Hoy en día en muchos países no está prohibido creer en Cristo ni practicar la fe dentro de los templos. Lo que está prohibido es hacer proselitismo. En otras palabras: ¡prediquen solo con sus testimonios, pero no hablen! Lo lamentable de todo esto es que los cristianos hemos aceptado como bíblico el evangelio del diablo. ¿Necesitamos acaso una invitación especial para predicar? ¿Alguien cree que aquellos que están al servicio de Satanás promulgarán leyes autorizando a los creyentes a predicar el evangelio? Anunciemos la salvación por medio de Cristo porque eso es lo que agrada a Dios. Pedro y Juan dijeron: “¿Preferirá Dios que los obedezcamos a ustedes antes que a Él?”, Hechos 4:19 (NT-BAD). Y luego dijeron: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”, Hechos 5:29.
Debemos encontrar maneras creativas para testificar. No existe un método común para todos. Soy consciente que muchas personas son renuentes a testificar porque no se sienten capacitadas o creen no tener el poder de persuasión necesaria o, simplemente, tienen temor a ser rechazadas. Y hay quienes se excusan diciendo que no tienen tiempo. ¿Crees que seremos exonerados de esta responsabilidad cuando en el día del juicio le digamos a Dios: “¡no tuvimos tiempo!”? Muchos quieren obedecer a Dios, pero les cuesta expresarse para presentar a Cristo. Les tengo una solución. ¡Compartan en sus redes sociales las placas y mensajes que la iglesia les provee! No existen excusas. Solo tienes que mover el mouse en tu PC o el dedo en tu celular y tildar el ícono que dice ‘compartir’. ¡Y estarás predicando! Otra forma segura de predicar es difundiendo los libros que la iglesia les regala como e-book, los que pueden descargar gratuitamente desde la computadora o el celular. ¿Ya lo has hecho?
El mensaje que proclamamos tiene implicancias eternas. Lo que está en juego es el cielo o el infierno. Si las personas no creen en Jesús se pierden para siempre. Y Dios cuenta con nosotros para anunciar esa gran noticia. No tiene un plan alternativo. Si no predicamos la gente será condenada y Dios nos hará responsables por esas pérdidas. Por lo menos eso fue lo que Dios le dijo a Ezequiel: “Yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel… y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma”, Ezequiel 3:17-19. Dios le pidió a Ezequiel que predicara y les advirtiera a las personas de que se vuelvan de sus malos caminos para que sean salvos, de lo contrario demandaría de él la sangre de todas esas personas. Pero si obedecía libraría su alma, Ezequiel 3:19. ¿Significa esto que quien no predica compromete su salvación eterna? No estoy en condiciones de dar una repuesta categórica, pero de algo estoy seguro: la consecuencia por no obedecer el mandamiento de predicar no es una nimiedad. Es un hecho de que el pasaje alude a consecuencias que no son simplemente temporales o terrenales. Que un santo pavor y temor de Dios venga a nuestras vidas y comencemos a hacer lo que hemos sido llamados a hacer: predicar el evangelio de Cristo a este mundo necesitado.