Disciplinas espirituales: camino a la madurez - 26/05/19 (#1041)
Episode 41, May 26, 2019, 03:40 PM
26/05/19
Disciplinas espirituales: el camino a la madurez
“Disciplínate a ti mismo para la piedad”, 1ª Timoteo 4:7 (LBLA). “No pierdas el tiempo… Emplea el tiempo y las energías en la tarea de ejercitarte espiritualmente”, 1ª Timoteo 4:7 (NT BAD).
¿Por qué insistimos tanto en que practiquemos las disciplinas espirituales de la oración, adoración, evangelización, servicio, lectura de la Biblia, ayuno, vigilia, y servicio entre otras? Porque son el camino a la intimidad con Dios y a la madurez espiritual.
Todas estas disciplinas espirituales suelen ser un trabajo pesado porque no tenemos en mente dónde pueden llevarnos o en qué puede convertirnos. Cuando yo era chico mi madre se esforzaba mucho para que aprendiera piano. Dos veces a la semana caminaba 6 cuadras para que una profesa me enseñara a tocar música. Debía estudiar teoría y solfeo y practicar a solas, una disciplina muy pesada para mí y finalmente abandoné. ¿Qué hubiera pasado si un ángel me hubiera hecho ver en quién me convertiría si seguía practicando? Mi actitud hubiera sido diferente y hubiera seguido practicando porque tenía una meta en mi mente. Lo mismo sucede con las disciplinas espirituales. A veces nos cuesta orar y ni qué decir de ayunar o hacer vigilia. Pero si supiéramos que todas estas disciplinas promueven nuestro crecimiento espiritual, nos llevan a ser como Jesús y nos dan la energía espiritual para conquistar nuevos territorios dejarían de ser una carga.
Tengamos en cuenta algunos aspectos de las disciplinas espirituales:
1) Hay bendiciones que solo llegan cuando practicamos estas disciplinas espirituales a solas pero hay bendiciones que no llegan sino la practicamos junto a otras personas. Jesús dijo que cuando oráramos teníamos que entrar en nuestra habitación y orar al Padre que está en lo secreto y el Padre que ve en lo secreto nos recompensaría en público, Mateo 6:6. Pero la Biblia también nos enseña que tenemos que orar junto a otros creyentes, el mismo Jesús lo hacía con sus discípulos. Y una no es más importante que la otra. No hay que entrar en un desbalance. Hay que orar en la carpa del encuentro y también en el aposento. Debemos leer y estudiar la palabra de Dios a solas pero también con toda la iglesia. Adoraremos en privado pero también en forma congregacional. Jesús hizo ambas cosas. Oraba solo (Mateo 4:1, 14:23, Marcos 1:35, Lucas 4:42) y también con sus discípulos, Juan 18:2. Adora en privado pero también iba al templo: “Cuando visitó Nazaret… entró como de costumbre en la sinagoga un día de reposo, y se paró a leer las Escrituras”, Lucas 4:16 (NT BAD). Tengamos cuidado porque hay personas que piensan que las disciplinas espirituales personales son las más importantes y llegan a pensar que pueden llegar a la madurez espiritual sin una iglesia local. No solo que están engañadas sino que no estarían siguiendo el ejemplo de Jesús. También hay personas que creen que pueden compensar la falta de vida espiritual a solas con la participación en las actividades eclesiásticas. Tenemos que entender que experimentamos a Dios y crecemos en su gracia por medio de las disciplinas espirituales personales y las que practicamos con otros creyentes.
2) Las disciplinas espirituales son un medio no un fin en sí mismas. El propósito de practicar estas disciplinas espirituales es conocer a Cristo y ser como Él. Es desarrollar la relación de intimidad creciente con Dios. No puede llegar a la madurez espiritual sin practicar las disciplinas espirituales pero puedo practicarlas y nunca llegar a la madurez. Por ejemplo alguien podría ayunar pero si no ora no le sirve de nada. Podría servir para Dios pero si no sirve a Dios en intimidad no le aprovechará. Podría leer la Biblia pero si no la pone en práctica no le sirve. ¿Te das cuenta?
3) El ejercicio de las disciplinas espirituales hizo que la primera iglesia dependiera solo del Espíritu Santo. “Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: “Apartadme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado”. Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron”, Hechos 13:2-3 (BAD). La iglesia primitiva era pastoreada y dirigida por el Espíritu Santo. No había un comité misionero para determinar quiénes deben ir a las misiones y quiénes no. No enviaron a Pablo y a Bernabé porque creían que eran los más capacitados para hacerlo. Los enviaron porque el Espíritu Santo lo ordenó. ¿Cómo hizo la iglesia para escuchar la voz de Dios? La iglesia era muy sensible a la voz del Espíritu porque se ejercitaban en la oración y el ayuno. Presta atención que eran ayunos congregaciones y juntos se reunían para adorar. El Señor sigue hablando hoy en día pero nos cuesta reconocer su voz porque no estamos ejercitándonos en las disciplinas espirituales personales e interpersonales.
¿Quién puede dudar del gran ministerio apostólico de Pablo y Bernabé? Pero no olvides que la base de su gran ministerio fue la oración y el ayuno. La iglesia oró y ayunó antes de que partieran en el viaje misionero. Toda la victoria posterior fue debido al ayuno y la oración de la iglesia. Cambiemos los métodos modernos por el método bíblico del ayuno y la oración y verás que grandes victorias podemos obtener.
Ahora bien, la gran victoria ministerial de los apóstoles no se debió solo a la iglesia que oraba y ayunaba sino a sus propias disciplinas espirituales. Es muy común hoy en día buscar socios de oración o personas que por aquí y por allá oren por nuestras vidas y ministerios. Y no está mal. Cuanta más oración tengamos a nuestro favor mejor será pero eso no nos releva de la obligación que tenemos de orar y ayunar. Ester mandó a todo el mundo a que ayunara por ella, pero ella mismo dijo: mis doncellas y yo ayunaremos.
El apóstol Pablo habla de su vida y dice: “Nos han azotado y encarcelado, nos hemos enfrentado a airadas multitudes, hemos trabajado hasta el agotamiento, hemos pasado noches de expectantes desvelos y hemos ayunado. Con la integridad de nuestras vidas, con nuestro entendimiento del evangelio y con nuestra paciencia, hemos demostrado que somos lo que decimos ser. Hemos sido bondadosos, amorosos, y hemos mostrado plenitud del Espíritu Santo. Hemos sido veraces, y el poder de Dios nos ha respaldado siempre. Las armas del hombre piadoso han sido nuestras”, 2ª Corintios 6:5-7 (NT BAD). Debemos reconocer que no podemos pretender grandes victorias ministeriales llevando una vida espiritual superficial. No importa cuántos dones tengamos o cuanta experiencia o cuantos títulos académicos. No son esas las cosas que mantendrán nuestro ministerio sino la dependencia del Espíritu Santo a través de las disciplinas espirituales de la oración, el ayuno y la lectura de la Palabra de Dios.