El gran trono blanco 05/05/19 (#1038)
Pastor José Luis Cinalli - 05/05/19
El gran trono blanco
“Vi un gran trono blanco… y vi a los muertos… de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras… Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”, Apocalipsis 20:11-15.
En los tiempos finales habrá dos juicios, uno para los creyentes llamado tribunal de Cristo y el otro para los incrédulos llamado el gran trono blanco. El tribunal de Cristo será un juicio de recompensas. No se juzgará el pecado o el destino eterno del creyente sino sus obras. En cambio, en el gran trono blanco el juicio será de condenación. Ese día, los incrédulos serán llamados a comparecer ante Cristo como Juez: “…Dios eligió a Jesús para que sea el juez de todos…”, Hechos 17:31 (TLA). “El Padre ha dejado que sea el Hijo el que juzgue… los pecados de la humanidad…”, Juan 5:22-27 (NT-BAD). “…Jesús es a quien Dios designó para ser el juez de todos…”, Hechos 10:42 (NTV). Será el peor juicio de todos los tiempos porque las personas que no han dado en el blanco de la salvación se presentarán ante el juez para escuchar el aterrador veredicto: condenados al lago de fuego, esto es al infierno: “… Cuando el Señor Jesús venga…castigará a los que no conocen a Dios y a los que se niegan a aceptar el plan que se les ofrece a través de nuestro Señor Jesucristo. Estos sufrirán la pena del infierno eterno, alejados para siempre de la presencia del Señor y condenados a no ver la gloria de su poder”, 2ª Tesalonicenses 1:7-9 (NT-BAD).
Lo que suceda en el juicio del gran trono blanco será espantoso. Los pecadores serán llamados para ser juzgados según sus obras: “Yo, el Hijo del Hombre, vendré… y juzgaré a cada personasegún sus obras”, Mateo 16:27 (NT-BAD). “Págales conforme a sus obras, conforme a sus malas acciones. Págales conforme a las obras de sus manos; ¡dales su merecido!”, Salmo 28:4 (NVI). Durante la vida terrenal se les ofreció la posibilidad de ser salvos por gracia sin obras. Ahora, en el gran trono blanco, deben responder por sus obras sin ninguna gracia. Será untrono porque lo ocupará el Rey; será grande por causa del peso de los pecados que se acumularán sobre los pecadores perdidos. Y será blanco porque reflejará la santidad de quien juzga y la rectitud de las leyes con las que se juzgará: “El SEÑOR reina para siempre, desde su trono lleva a cabo el juicio. Juzgará al mundo con justicia y… con imparcialidad”, Salmo 9:7-8 (NTV). La solemne verdad de que un día nos presentaremos ante el Juez eterno debería llevarnos al arrepentimiento de nuestros pecados antes de que sea demasiado tarde: “… Disfruten de cada momento… Hagan todo lo que quieran hacer… Pero recuerden que tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan”, Eclesiastés 11:9 (NTV). Pablo es más enfático: “Eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas acumulando un castigo terrible para ti mismo. Pues se acerca el día de la ira, en el cual se manifestará el justo juicio de Dios…”, Romanos 2:5 (NTV).
Todos los pecadores que se presenten en el gran trono blanco tendrán que dar cuenta de sus obras, de sus motivaciones y de sus secretos más íntimos: “Dios nos juzgará por cada cosa que hagamos, incluso lo que hayamos hecho en secreto, sea bueno o sea malo”, Eclesiastés 12:14 (NTV). “… En el día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan dicho”, Mateo 12:36 (NTV). “…Se acerca el día en que Dios juzgará, por medio de Cristo Jesús, la vida secreta de cada uno”, Romanos 2:16 (NTV). “…El Señor… sacará a la luz nuestros secretos más oscuros y revelará nuestras intenciones más íntimas…”, 1ª Corintios 4:5 (NTV).
Juan dice que en el juicio del gran trono blanco los muertos estarán de pie ante Dios. Significa esto que resucitaron tal y como lo harán todos un día, sean creyentes o no. Solo que unos resucitarán para volver a vivir por siempre con Dios y otros para vivir por siempre en el tormento eterno: “…Los muertos oirán mi voz y saldrán de sus tumbas. Entonces, los que hicieron lo bueno volverán a vivir, y estarán con Dios para siempre; pero los que hicieron lo malo volverán a vivir para ser castigados”, Juan 5:28-29 (TLA). “Los que duermen en la tumba, despertarán: unos para vivir eternamente, y otros para la vergüenza y el horror eternos”, Daniel 12:2 (DHH). Los muertos que ahora están de pie ante Dios han resucitado solo para presentarse delante de Jesús y recibir su veredicto final: ¡condenados! Y serán lanzados al infierno. Estas personas pasaron por la primera muerte, es decir cuando el espíritu se separó del cuerpo aquí en la tierra. Ahora que resucitaron están destinados a pasar por la segunda muerte, es decir serán separados de Dios para siempre: “En cuanto a los… incrédulos… les tocará ir al lago de azufre ardiente… y allí se quedarán, separados de mí para siempre”, Apocalipsis 21:8 (DHH y TLA). El apóstol Juan refiriéndose al lago de fuego dice: “…Los que caen en este lago quedan separados de Dios para siempre”, Apocalipsis 20:14 (TLA). ¡Qué juicio tan espantoso y aterrador será el del gran trono blanco!
¿Cuándo se llevará a cabo el juicio del gran trono blanco? ¡Después del milenio! “Cuando terminen los mil años… vi un gran trono blanco”, Apocalipsis 20:7-11 (NTV). En cambio eltribunal de Cristo se llevará a cabo antes del milenio cuando los que han muerto en el Señorresuciten. ¿Y cómo lo sabemos? Porque Jesús lo dijo: “Recibirás tu pago cuando llegue la resurrección del pueblo de Dios”, Lucas 14:14 (PDT). Cuando los muertos en Cristo resuciten serán llevados al cielo juntos con los creyentes vivos que hayan quedado y allí serán recompensados: “…El Señor mismo vendrá de los cielos… y los que hayan muerto en Cristo resucitarán primero. Luego, nosotros los que estemos vivos en ese momento, subiremos a reunirnos con los resucitados. Todos subiremos a las nubes y nos encontraremos con el Señor en el aire, y así estaremos con el Señor para siempre”, 1ª Tesalonicenses 4:16-17 (PDT). La iglesia será arrebatada y en las alturas se reunirá con Jesús. Allí tendrá lugar el tribunal de Cristoy cada creyente será recompensado según sus obras. Después de esto la iglesia ayudará a Jesucristo a gobernar a las naciones durante mil años: “Vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar… y reinaron con Cristo mil años… Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección… serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”, Apocalipsis 20:4-6 (NVI). Evidentemente se está refiriendo a la iglesia.
Es importante destacar que la venida del Señor tendrá dos grandes acontecimientos. Resucitarán los muertos en el Señor y todos los creyentes (vivos y muertos) se reunirán con Cristo en las alturas. Allí tendrá lugar el tribunal de Cristo. Aparentemente en ese período sucedería la gran tribulación aquí en la tierra. Finalmente llegaría el milenio. En ese período Cristo descenderá del cielo con su iglesia a establecer el reino milenial. ¿Cómo lo sabemos? Porque Juan vio a la novia, esto es a la iglesia, vestida de lino fino que representa las buenas obras de los justos: “Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos”, Apocalipsis 19:8. La iglesia acompañará a Cristo en su segunda venida vestida con las acciones justas. Evidentemente esto sucede después de que los creyentes pasaron por el tribunal de Cristo en el que las obras aprobadas se cuentan como acciones justas de los santos. Este pasaje nos muestra que los justos vendrán vestidos con vestidos de lino, lo cual representa la recompensa por las obras realizadas. ¿Te das cuenta? La iglesia ya recompensada escoltará a Jesús en su segunda venida, es decir una vez que haya pasado por el tribunal de Cristo.
Para qué nos sirve todo este cúmulo de información. ¿Para alimentar la curiosidad? De ninguna manera. ¿Para enorgullecernos de cuánta Biblia sabemos? Dios nos libre de semejante pecado. El único propósito es llevarnos a reflexionar acerca de la clase de vida que estamos llevando pues lo que hacemos hoy con Cristo y su obra determinará dónde y cómo pasaremos la eternidad. Las personas lanzadas al lago de fuego pudieron haber sido salvas si se hubieran vuelto a Cristo. Pero no lo hicieron. No les faltó el amor de Dios ni fue insuficiente la gracia para salvarlos, simplemente no quisieron creer. Un día, sí o sí, todos deberemos presentarnos en uno de los dos juicios mencionados: el tribunal de Cristo o el gran trono blanco. La diferencia entre ambos es eterna. Estar en el tribunal de Cristo significa estar con Dios para siempre. Presentarse en el juicio del gran trono blanco implica que ya no habrá más tiempo para cambiar el destino eterno de perdición. Nadie sabe cuánto tiempo nos queda antes de que crucemos el umbral de la muerte, por lo tanto no hay que demorar un instante la decisión de ir al cielo. Yo ya he tomado esa decisión, ¿y tú?